La sobreprotección e insistencia desorbitada porque terminases los deberes sin falta, saber dónde estabas en cada momento o tener canguro hasta los 16 años (sí, verídico), pueden haber sido hechos irritantes durante tu niñez y adolescencia, si estás leyendo esto y te sientes identificada: has tenido una madre pesada.

Lejos de interpretarlo simplemente como una conducta que a veces puede ser molesta, un estudio de la Universidad de Essex (Inglaterra) ha demostrado que este comportamiento propio de algunas madres puede influenciar en el futuro éxito de sus hijas de manera muy positiva.

UNA CUESTIÓN DE ESTADÍSTICA

Entre 2004 y 2010 se estudió la trayectoria de 15.500 niñas desde los 13 y 14 años hasta su transición a la vida adulta, todas ellas con madres insistentes y exigentes con sus estudios y comportamientos.

¿El resultado? La inmensa mayoría de ellas había realizado estudios universitarios y terminaban en trabajos con sueldos altos, casi ninguna se quedaba embarazada en su adolescencia y mucho menos de manera no deseada.

Así que cada vez que tu madre te regale por no tomarte el zumo de naranja aunque estés cerca de los treinta, respira y dale las gracias. Al fin y al cabo, madre no hay más que una.