Llevábamos siguiendo su historia desde hace tiempo. Al principio nos llamó la atención por algo ese chico normal, deportista y amante del 'crossfit', sonriente que arrasaba en las redes sociales de la mejor manera posible desde el prisma 'influencer'.

Pablo no sólo fue un chaval malagueño que decidió a través de Instagram contar su lucha contra su leucemia consiguiendo mucho más que una visión personal de la enfermedad, Pablo fue un guerrero.

Al principio usaba el hashtag #fuckyoucancer, una etiqueta que evolucionó en #thankyoucancer.

¿Por qué? porque aprendió a vivir y a amar la vida intensamente y animaba a todos a hacerlo. A darnos cuenta de que somos afortunados solamente por el hecho de estar aquí, por estar leyendo este texto.

No contento con transmitir ese positivismo en una situación doblemente dura fomentó la donación de médula, las donaciones aumentaron un 1000% en España durante su campaña y perseguía el sueño de llegar al #reto1millón.

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En su última foto se despedía sin saberlo con la siguiente frase: 'La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla sino amarla'.

El Ayuntamiento de Marbella iba a entregarle la semana que viene el Premio FCINCO de la Solidaridad, y su lucha no queda en vano. Hoy, su cuerpo ha dicho basta y finalmente no ha podido superar este segundo transplante de médula.

Esta historia ha calado en toda la sociedad española y los famosos han querido despedirse de él en las redes sociales. Siempre fuiste fuerte, hasta siempre Pablo.

Gracias por todo lo que nos enseñaste.