Nuestra piel puede llegar a ser nuestro mejor aliado y al mismo tiempo nuestro peor enemigo, sobre todo en verano. Nos encanta tener un rostro limpio, luminoso y bronceado, pero cuando aparecen los temidos brillos en la zona T, ya puedes dar por perdido todo el esfuerzo que has puesto para salir perfecta de casa.

Aunque en algunas chicas este problema sea heredado (¡maldita genética!), el calor es uno de los factores que más influyen en la aparición de molestos brillos en el rostro. Los climas cálidos estimulan la secreción de sebo en las glándulas sebáceas para prevenir la deshidratación de nuestra piel. De hecho, un grado más en la temperatura ambiental supone un aumento del 10% en la producción de sebo. Qué manera más agradable de ayudarnos a no deshidratarnos (modo ironía ON).

Tras varios días de agradables temperaturas, parece que el calor intenso ha vuelto para quedarse. Y como no queremos que la piel grasa nos arruine, de nuevo, el verano, os traemos unos trucos que si bien, no van a conseguir parar el proceso natural de producción de sebo, sí pueden controlarlo.

Productos fríos

¿Cuántas veces de pequeñas habremos visto en la nevera botecitos de maquillaje y cremas hidratantes? Nuestras madres heredaron ese truco de nuestras abuelas, y no iban mal desencaminadas. Si se supone que el calor aumenta la producción de sebo, lo lógico es pensar que con el frío se puede reducir este efecto, haciendo que los poros se cierren. Y sí, meter productos de belleza en la nevera, y limpiar nuestra piel con agua fría, puede ayudarnos a reducir los efectos secundarios del calor en nuestra piel. Lo que no sepan las abuelas…

Apuesta por las mascarillas

No podemos descuidar nuestra rutina de belleza diaria, sobre todo en los días más calurosos del verano. Es imprescindible limpiar las impurezas del rostro todos los días, pero también realizar una limpieza en profundidad un par de veces por semana. Si piensas que usar mascarillas en verano es too much, estás muy equivocada. Puedes usar una que no apelmace la piel y acabe con la obstrucción de los poros, como la Skin Best Wonder Mud, que le da un aire fresco al rostro.

Cambia tu maquillaje

Si no llevamos la misma ropa en verano que en invierno, ¿por qué usamos el mismo maquillaje todo el año? En verano no necesitamos maquillarnos tanto, así que cambia tu base de maquillaje por una crema con color, como una BB cream. Tendrás la piel hidratada y un tono unificado. Hay miles de cremas con color en el mercado, pero nuestra favorita es la Aquasource BB cream porque aporta a la piel una hidratación extra y al mismo tiempo un aspecto matificante, sin brillos durante 8 horas.

Cuidado con lo que comes

Para sentirnos bien por dentro y por fuera es primordial cuidar nuestra alimentación, porque al fin y al cabo, somos lo que comemos. Y al igual que con el maquillaje, la comida es otro factor que debemos acondicionar según la estación del año. Para el verano necesitamos alimentos ricos en vitamina A, como las zanahorias, los boniatos, las verduras de hoja verde o el melón, que reducen la producción de sebo dándole un brillo natural a nuestro rostro. También protegen la piel de los rayos UV, pero eso no significa que tengas que dejar de echarte protector solar. Utiliza una que absorba los excesos de brillos, como la crema solar Dry Touch de Biotherm.