A la hora de tomar el sol en verano todas tenemos nuestras manías. Solemos hacer caso de lo que nuestras amigas nos cuentan o lo que leemos por Internet, pero en realidad no conocemos a fondo la relación entre el sol y el cuidado de nuestra piel. Los mitos que escuchamos por ahí son solo eso, mitos. Si en otras materias no hacemos caso de todo lo que nos dicen, ¿por qué cuando queremos ponernos morenas seguimos al pie de la letra los trucos de los demás?

Desmotamos algunos de los mitos más extendidos del cuidado de la piel en verano para que aprendas a distinguir entre la realidad y la ficción antes de que lo sufras en tus propias carnes. Y así, de una vez por todas, consigas un bronceado perfecto sin riesgos.

1. Si los productos de belleza llevan factor de protección solar (FPS), ya no necesito aplicarme ningún protector solar. FALSO

Vale, para el día a día, los productos de belleza que contienen FPS, como algunas cremas anti-edad o las CC Cream, vienen muy bien porque contribuyen a filtrar los rayos UVA y UVB. Pero hay muchas chicas que quieren ir guapas también a la playa o a la piscina y, claro, echarse crema solar después del maquillaje no pega. El error llega ahí, porque estos productos no son lo suficientemente eficaces para protegerte del sol en esas situaciones. Se necesita un protector solar más potente, ya que el sol se refleja en la arena y en el agua, aumentado el riesgo de quemaduras y daños en la piel. Así que antes de ponerte guapa aplícate tu protector. Hazte con uno que se adapte a la piel y no la deje grasienta.

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2. Cuanto mayor es el FPS de mi crema, mayor es la protección. FALSO

Nos lo han dicho desde bien pequeñitas. De hecho, a los niños se les suele echar protección 50 para que no se quemen. Pero tenemos equivocada la idea de lo que significa ese número. Para empezar, a la hora de elegir el nivel de protección es importante tener en cuenta la sensibilidad de la piel. Y después hay que saber cuánto tiempo vamos a estar expuestos a los rayos solares. Porque es este último dato, y no otro, el que define la protección solar de las cremas. Cuanto mayor sea el FPS, mayor tiempo estaremos protegidas. Así que si tomamos el sol durante 5 minutos, un FPS 15 debería protegernos, en teoría, 15 veces más –una hora–, y un FPS 50 lo haría 50 veces más –4 horas–. Eso sí, todo depende de las características de nuestra piel.

3. Unas sesiones en una cabina de bronceado antes de ir a la playa reducirán el riesgo de quemaduras. FALSO

Un error muy generalizado es pensar que si la piel se acostumbra a los rayos UV antes de irnos de vacaciones, le hará menos sensible al sol, reduciendo el riesgo de quemaduras. Pero se trata de un mito más. Si bien un cambio de color de la piel puede indicar que se está produciendo melanina, haciendo que se filtren algunos rayos UV, esto solo proporciona una protección equivalente a un FPS 4. Además, varios estudios indican que las cabinas de bronceado pueden ser muy perjudiciales para la piel debido a la exposición prolongada a los rayos UV. Una solución más barata y sana es usar un autobronceador, como Aqua-Gelée Autobronzante de Biotherm, que cuida la piel y evita su envejecimiento prematuro. También puedes tomar alimentos ricos en carotenoides que ayudan a realzar el brillo natural de la piel, como las zanahorias, la col o el boniato.

4. Si estoy en la sombra no me quemo. FALSO

Por mucho que pongas la sombrilla de parapeto para taparte del sol, sentimos decirte que sigues expuesta a los rayos UV. Esa es la conclusión a la que llegaron varios investigadores españoles después de elaborar un estudio sobre la exposición del sol en la piel. Un 34% de los rayos ultravioleta son capaces de alcanzarnos incluso cuando estamos sentadas bajo la sombrilla. Además, si estás cerca de la orilla, te puedes quemar más. En la playa, la arena refleja el 15% de los rayos, mientras que el agua refleja entre el 25% y el 50%, dependiendo de lo cristalina que esté.

5. El sol ayuda a mejorar el aspecto de la piel. VERDADERO (a medias)

Vale, esta teoría la podemos pasar por válida, aunque con algunos matices. Seguramente las personas que tienen piel mixta o grasa se habrán dado cuenta que cuando toman el sol desaparecen los dichosos granitos. Lo que realmente sucede es que los rayos secan la piel y parece que ayudan a mejorar su aspecto, pero no es así. Para protegerse del sol, nuestra piel se espesa obstruyendo los poros. El aceite natural se acumula bajo la epidermis, y cuando dejes de tomar el sol, estas imperfecciones volverán a aparecer. Para evitar que te suceda esto aplícate un protector solar como Créme Solaire Dry Touch, que con su efecto matificante no produce más grasa de lo debido.