Cuando hablamos del cuidado de la piel pensamos siempre en los productos de belleza, como la crema hidratante o el tónico facial, en el ejercicio físico y en una buena alimentación. Pero, ¿qué ocurre con nuestro estado de ánimo? Reconocemos que solemos pasar por alto este factor pero, cuidado, no deberíamos, ya que la felicidad, el estrés o, incluso, la tristeza pueden tener efectos en nuestra piel, tanto positivos como negativos. ¿Quieres saber cuáles son?

La felicidad aumenta los niveles de colágeno en la piel

Cuando estamos contentas liberamos tres tipos de hormonas: la serotonina, la endorfina y la dopamina. Todas ellas son las causantes del estado de bienestar en nuestro cuerpo y las responsables de reacciones favorables en la piel y en el organismo como son el buen humor, el retraso del envejecimiento o la regulación del sueño. Además, por raro que te suene, la felicidad ayuda a hidratar la piel, proporcionándole los nutrientes que necesita y evitando, por tanto, la aparición de ojeras, arrugas, acné, urticaria y… ¡celulitis! Ahí es nada. ¿Lo mejor de todo? Que en tus manos está buscar siempre la parte positiva a tu día, por muy difícil que se avecine. No lo olvides, ¡sé feliz y disfruta de la vida!

La felicidad no solo se refleja en tu sonrisa, también lo hace en tu piel.

La tristeza provoca que la piel adquiera un tono grisáceo y envejecido

¿Eres de lágrima fácil? ¿Estás pasando por una etapa complicada y lloras a menudo? Cuidado, tu piel también se resiente ante un estado de tristeza o desolación. Aunque es cierto que llorar libera tensiones y ayuda a relajarse, la melancolía puede ocasionar que nuestra piel se torne opaca o adquiera un tono grisáceo, dando un aspecto descuidado y envejecido, tengas la edad que tengas. Además, los períodos prolongados de llanto acentúan las patas de gallo, hinchan ligeramente los párpados y causan ojeras y bolsas debajo de los ojos. Así que ya sabes, sal a pasear con la mejor de tus sonrisas y haz planes que te motiven, bien sola o bien con tus amigas. ¡Tú y tu piel lo agradeceréis!

La tristeza es una de las peores enemigas de tu rostro. Ojeras, bolsas y una piel apagada y triste son algunas de sus consecuencias.pinterest
La tristeza es una de las peores enemigas de tu rostro. Ojeras, bolsas y una piel apagada y triste son algunas de sus consecuencias.

La ansiedad o el estrés, causas de envejecimiento prematuro

Exceso de trabajo, problemas con tu pareja o poco tiempo para dedicarte a ti misma. Estas son algunas de las causas más comunes que pueden ocasionar estrés o ansiedad. Y de todas es sabido que un estado continuo de nervios puede ser fatal para el organismo y, por supuesto, para la piel: caída de cabello, arrugas, líneas de expresión, acné, rostro apagado, sobrepeso, celulitis y desarrollo de enfermedades cardíacas o hepáticas. Sin embargo, recuerda: ¡tú tienes el control! No dejes que tu ritmo de vida te afecte e intenta sacar tiempo para el ejercicio o la meditación, ya que ambas actividades liberan tensiones, relajan al cerebro y mejoran la calidad del sueño.