Crema hidratante, tónico facial, desmaquillante, agua micelar, sérum, contorno de ojos… todo es poco si de lo que se trata es de lucir una piel joven, tersa y sin rastro de arrugas, ¿verdad? Pero en esto del cuidado de la piel no solo vale con echar mano de cientos de productos y cosméticos, por muy buenos que estos sean. Además de la hidratación, dormir (bien) es uno de los mejores regalos que puedes hacerle a tu rostro. Y es que seguro que has notado que después de una mala noche, tu piel está mucho más pálida y débil. ¡Por no hablar de las bolsas, ojeras y líneas de expresión! Pero, tranquila, si sigues estos hábitos que te proponemos antes de irte a dormir, te aseguramos que no volverás a asustarte cuando te mires al espejo a la mañana siguiente.

Limpia tu cutis antes de acostarte

Este es el primer paso para conseguir una piel sana, joven y sin imperfecciones. Guarda la pereza en un cajón, ponte delante del espejo y aplícate la leche limpiadora, el tónico facial y tu crema hidratante de noche. Es especialmente importante que ésta última tenga la misión de reparar las células de la piel que han resultado dañadas durante el día por los agentes externos, como la contaminación o el maquillaje. Además, hay que tener en cuenta que el organismo se regenera por la noche, por lo que todos los cuidados que te hagas antes de irte a la cama te beneficiarán al día siguiente.

Por mucha pereza que te de, no te olvides de hidratar tu cara antes de acostarte ya que tu piel se repara mientras duermes

Presta atención a tu postura de dormir

¿De lado, boca abajo, boca arriba…? ¿En qué posición sueles dormir? Atenta, porque este factor puede ser más importante de lo que crees para determinar con qué tipo de cara te levantarás al día siguiente. Según los expertos, lo más recomendable para retrasar la aparición de la arrugas y líneas de expresión es dormir boca arriba ya que, de esta forma, tu piel quedará libre y los poros podrán oxigenarse con mucha más facilidad. Si ves que te cuesta dormir en esta posición, alterna con la postura de lado. Eso sí, queda prohibidísimo acostarte boca abajo si lo que no quieres es levantarte con el rostro surcado de líneas de expresión.

Duerme las horas necesarias, pero duerme bien

Siempre nos recuerdan lo maravilloso que es dormir 8 horas al día pero, ¿te has parado a pensar cómo son esas horas de sueño? Si te despiertas a cada rato preocupada por esa reunión del trabajo, por los exámenes finales o porque tienes problemas con tu pareja, de nada te sirve estar acostada 7 u 8 horas en la cama. El sueño tiene que ser de calidad y lo más reparador posible para que el descanso se vea reflejado en tu rostro. ¿Un consejo? Si estás pasando por un período de estrés y te cuesta dormir, prueba a hacer ejercicios de respiración y meditación antes de irte a la cama. Y, por supuesto, olvídate del móvil, de la Tablet y del ordenador cuando te acuestes. No solo mantendrán tu cerebro activado durante más horas, también favorecen la aparición de bolsas y ojeras. ¡Ya tendrás tiempo para consultar Facebook al día siguiente!

Consejos para cuidar la piel mientras duermespinterest
Un sueño reparador hará que te levantes al día siguiente con mucha mejor cara.

Cambia tus sábanas a menudo

Sí, sí, tal cual lo lees. Te podrá parecer una tontería pero lo cierto es que si no cambias tu ropa de cama, al menos, una vez cada dos semanas tu piel puede verse afectada. ¡Y de qué manera! La dermis elimina millones de células muertas y , al acostarte, los restos de crema hidratante, maquillaje, sudor, el pelo o cualquier otra cosa que haya rozado tu rostro durante el día provoca la aparición de hongos, gérmenes y bacterias que se acumulan en las sábanas. Si ya es importante cambiarlas de por sí para mantener una correcta higiene, con el cuidado de la piel ya no tendrás ninguna excusa. Además, por si no fuera suficiente, los gérmenes también pueden agravar problemas de salud como las alergias o el asma.

Sustituye el algodón por la seda

¿Te levantas con el pelo encrespado y con la cara llena de marcas? Puede que no lo sepas pero las almohadas de algodón son malísimas para el cuidado de la piel y para mantener un cabello sano y fuerte. Esto se debe que a el algodón causa cierta presión sobre tu rostro y tu cuerpo que acabaran generando, con el paso del tiempo, finas líneas de expresión. Lo mejor es optar por fundas de almohada y sábanas de satén o de seda, un material mucho más suave y que causa mucha menos fricción a tu piel.