Seguro que más de una vez has visto tu piel surcada de pequeñas rojeces, alguna que otra eczema y has pasado por períodos en los que te picaba continuamente la cara o el cuero cabelludo sin saber muy bien el porqué. Tranquila, no te estás volviendo loca. Este tipo de irritaciones son muy comunes y no se producen por falta de hidratación o de higiene, sino por la pérdida de ácido en los niveles de ph de la piel.

El conocido como ph o 'manto ácido' de la piel es un tejido que se encuentra entre la dermis y la epidermis, producido por las glándulas sudoríparas, y encargado de proteger a la piel de los agentes externos, como la contaminación, el polvo o el maquillaje. Cuando los niveles de ácido se desequilibran, nuestra piel pierde humedad, se generan infecciones y se acelera el envejecimiento prematuro. De ahí la importancia de evitar ciertos hábitos que pueden acabar costando muy caro. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Presta atención y toma nota!

No te laves la cara en exceso

¿Eres de las que se lava la cara diez veces al día? Pues sentimos decirte que no por eso la tendrás más limpia. Con que lo hagas una vez por la mañana, para despejarte, y con otra antes de irte a la cama, para eliminar los restos de suciedad, es más que suficiente. Todo lo que sobrepase esa cantidad provoca una alteración de los niveles de ph de la piel dando lugar a la aparición de pequeñas manchas, líneas de expresión y rojeces. ¡Protege tu piel!

Las irritaciones en la piel son muy comunes debido a las alteraciones del conocido como ph o 'manto ácido'pinterest
Al contrario de lo que pueda parecer, lavarse la cara con frecuencia altera los niveles de ph de tu piel. Hazlo solo dos veces al día.

Dúchate siempre con agua fría

El agua caliente es una trampa para nuestra piel. Vale, reconocemos que hay pocas cosas que nos gusten más que una ducha bien calentita para relajarnos después de un día de intenso trabajo y más ahora que se acerca el invierno. Sin embargo, si queremos cuidar nuestra piel y prevenir ciertas enfermedades cardiovasculares, lo mejor es que hagas un esfuerzo y te bañes siempre con agua fría o, en su defecto, que combines agua caliente y fría. No solo te librarás de salir de la ducha con el cuerpo repleto de pequeñas rojeces sino también te evitarás esa incómoda sensación de picor en la piel que suele durar horas o incluso días.

No abuses de los exfoliantes

Si lavarse la cara a menudo no es recomendable, por supuesto, tampoco lo es la exfoliación. Aunque este tratamiento es esencial para librarte de las células muertas y para oxigenar la piel del rostro no hay que abusar si no queremos conseguir el efecto contrario. Poros abiertos, cutis irritado, acné o hasta quemaduras son algunas de las consecuencias que tiene el exfoliarse la piel con excesiva frecuencia. Ten en cuenta que las células se regeneran cada 28 o 30 días, por lo que con llevar a cabo una limpieza una vez a la semana o una vez cada diez días, en el caso de las pieles más sensibles, es más que suficiente. Si lo haces correctamente, además de que conseguirás mantener los niveles de ph de tu piel totalmente intactos, ¡alucinarás con la rapidez de los resultados!

Las irritaciones en la piel proceden de la alteración del 'ph' de la piel.pinterest
Exfoliar el rostro en exceso puede tener consecuencias nefastas para nuestra piel

No te laves el pelo antes de enjabonarte el cuerpo

¡Oh, sorpresa! Aquí (casi) seguro que te hemos pillado ¿verdad? Parece un detalle sin importancia pero lo cierto es que es uno de los errores más comunes que acaban alterando la acidez de la piel y provocando irritaciones o picores molestos. La mayoría de los champús contienen productos abrasivos muy potentes que favorecen la aparición de granitos. Así que lo mejor es que, cuando te duches, te enjabones primero el cuerpo usando tu gel habitual y, posteriormente, te laves el cabello aplicando el champú y el acondicionador.

Bebe mucha agua

De nada sirve cuidarte por fuera si no lo haces por dentro. Beber agua es importantísimo para neutralizar y eliminar los desechos, las toxinas y los ácidos que se producen en el cuerpo, para mejorar la oxigenación de las células y para evitar la retención de líquidos. Además, aporta nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo y le ofrece a la piel ese plus extra de hidratación que necesita para lucir sana, joven y radiante. Ya no hay excusa que valga para no beber los dos litros de agua recomendados por los expertos. ¿Un consejo? Si vas a pasar todo el día fuera de casa, llévate en el bolso una pequeña botella de agua y ve dando pequeños sorbos.

Bebe, bebe y bebe. Tu piel te lo agradecerá

Y… ¡relájate!

Ay, el estrés. El enemigo nº 1 por excelencia de nuestra piel. El culpable de la aparición del acné, de problemas como la psoriasis y del envejecimiento prematuro. Como no iba a ser menos, también altera los niveles de ph de la dermis ocasionando urticaria y otro tipo de irritaciones. Y, sí, sabemos que entre el trabajo, las obligaciones familiares y los compromisos sociales apenas tienes tiempo para nada más pero haz el esfuerzo de dedicarte a ti misma, al menos, 15 o 20 minutos al día. Haz ejercicios de meditación, sal a correr, escucha música o respira profundamente. Cualquier cosa es válida con tal de que te olvides de los problemas por unos instantes . Es uno de los mejores regalos que puedes hacerle a tu piel, te lo aseguramos.