¿Cuántas veces te has enfrentado al espejo después de una larga y agotadora jornada de trabajo? Piel apagada, rostro cansado y sin brillo, ojeras o líneas de expresión son consecuencia del estrés, de no descansar lo suficiente… y de no seguir una rutina de belleza completa. Y, precisamente, es aquí donde las mascarillas faciales juegan un papel fundamental gracias a sus múltiples ventajas: hidratan la piel, limpian los poros y aportan luminosidad al rostro. ¿Existe algo mejor? Sí, que las utilices durante la noche para potenciar al máximo sus beneficios.

Y es que, además de la limpieza facial, donde primen un agua micelar, un tónico y una buena crema hidratante (¡imprescindible!), las mascarillas faciales nocturnas serán fundamentales para que tu rostro se despierte firme y sin rastro de signos de cansancio.

¿Quieres despertarte por la mañana sin rastro de ojeras? Las mascarillas nocturnas hidratan el rostro y alivian los signos de cansancio.

Mientras duermes y descansas, tu piel se recupera de las agresiones sufridas durante el día, como los rayos UV o la contaminación, se equilibra el ph natural y se combaten las arrugas a un mayor nivel que por las mañanas. Además, durante el ciclo nocturno, la dermis produce una mayor cantidad de colágeno y elastina, por lo que los tratamientos de noche, como las mascarillas, son mucho más eficaces.

Eso sí, tampoco es necesario volverse loca y aplicarse una mascarilla todas las noches antes de dormir. Con elegir un día a la semana es más que suficiente para que tu rostro se despierte lleno de vitalidad en los días posteriores.

Siempre después de la limpieza facial

Recomendadas a cualquier edad y para todo tipo de pieles, aunque es especialmente beneficiosa para aquellas que tengan la piel seca, las mascarillas nocturnas son muy fáciles de utilizar. Hay que tener en cuenta que siempre deben aplicarse inmediatamente después de tu limpiador y sin el uso de ningún tónico, suero o crema, ya que las mascarillas contienen una gran cantidad de nutrientes de por sí.

En cuanto al tipo de mascarilla, elige siempre una que vaya acorde con las necesidades de tu piel. Si prefieres eliminar excesos y desintoxicar tu cutis, lo mejor es que apuestes por unas depurativas que actúan entre 10 minutos y media hora. En el caso de que tengas la piel muy seca o deshidratada, las mascarillas que actúan toda la noche serán tu mejor opción. A la mañana siguiente, limpia tu rostro de forma habitual. ¡Brillarás con luz propia!