Enrojecimiento, vasos sanguíneos visibles e incluso pequeñas protuberancias rojas son los síntomas de la rosácea, esa tendencia a sonrojarse con gran facilidad y que afecta no solo a las mejillas sino también a la barbilla y al cuello. Su causa, por el momento, es desconocida. Pero, según los expertos, es probable que se deba a una mezcla de factores hereditarios y ambientales como el sol, el viento o temperaturas extremas. El alcohol, las bebidas calientes, las comidas picantes, el ejercicio o, incluso, las emociones pueden agravar también esta situación, que puede llegar a suponer un complejo estético para muchas mujeres. ¿Cómo ponerle freno? ¡Lo sabemos!

Utiliza un limpiador suave

La mayoría de los cosméticos contienen una gran cantidad de activos químicos que acaban irritando las pieles más delicadas y propensas al enrojecimiento. Es por eso que, cuando vayas a llevar a cabo tu limpieza facial, apuestes por productos ecológicos o suaves que le hagan a tu piel el menor daño posible. Un ejemplo es Biosource Balm-in-Oil de Biotherm que limpia, desmaquilla e hidrata profundamente la piel piel sin dejar un acabado graso. Además, está enriquecido con Life Plankton curativo, manteca de karité calmante y aceite tropical para una piel más suave y radiante.

La cosmética 'eco' está de moda. Y por una buena razón: es mucho menos dañina para tu piel

Crema hidratante, un básico que nunca falla

La crema hidratante es indispensable ya que, además de proporcionar nutrientes a la piel, la fortalece ante los agentes externos. No te olvides de aplicártela dos veces al día para obtener el máximo beneficio, una por la mañana y otra justo antes de irte a la cama. Conseguirás calmar las rojeces de tu rostro y, a la larga, será más difícil que aparezcan. ¿No es una maravilla?

Apuesta por un corrector de color

Puede parecer una contradicción pero si eres de las que se sonroja con facilidad no puede faltar en tu bolso un corrector de color. Lo ideal es elegir uno en tonos verdes (sí, has leído bien) para equilibrar las manchas rojizas que aparecen en torno a las mejillas, el cuello y la barbilla. Aunque parezca una locura pintarse la cara de verde, te aseguramos que funciona la perfección.