En nuestro último artículo, te contábamos que sudar es bueno para las pieles sensibles, pero tienes que saber que, una vez que hayas terminado la sesión de entrenamiento, tienes que limpiar tu rostro. Si no lo haces, las consecuencias se reflejarán en tu piel. La Dra. Lebar explica la razón: "Las toxinas que se liberan durante el ejercicio físico son una fuente de infección y de acidificación. Para eliminarlas, necesitas limpiar tu cara con un tónico para que se cierren los poros".

Sé delicada contigo misma

Las dos palabras clave a tener en cuenta después de un entrenamiento son "suavidad" y "regeneración". Tómate tu tiempo para lavarte la cara y olvídate de los exfoliantes. Tampoco te metas en la sauna ni te duches con agua muy caliente, ya que el calor puede irritar y deshidratar la piel, debilitándola. Así que, la próxima vez que te duches justo después de la clase de yoga, recuerda hacerlo con agua templada.

Fortalece tu piel con los productos adecuados

Utiliza cremas hidratantes específicas para pieles sensibles, como Life Plankton Sensitive Emulsion para calmar la irritación y el enrojecimiento. La única excepción a la regla sería si vas a nadar; la Dra. Lebar recomienda utilizar en estos casos cremas hidratantes más densas (o bien un sérum combinado con una hidratante para pieles sensibles), ya que los productos químicos con los que se trata el agua de las piscinas pueden deshidratar la piel. Una correcta hidratación regenerará la película hidrolipídica (la barrera protectora de la piel), razón por la cual es muy importante utilizar la crema adecuada.

Si vas a darte un paseo por el barrio o a hacerte unos largos en la piscina, cuida tu piel después de la sesión de ejercicios y así la fortalecerás. Sin embargo, lo que hagas antes de ir al gimnasio también puede ser... ¡averígualo mañana!