Todas hemos pasado por lo mismo. Por fin consigues que ese chico del trabajo te invite a cenar y entonces, por arte de magia, ese día te levantas con una enorme espinilla en la cara. No te asustes, sólo tienes que seguir estos 3 pasos, respirar profundamente y sonreír (una sonrisa lo arregla casi todo).

Hazte una limpieza facial a fondo

Puede parecer una obviedad, pero lo primero que deberías hacer siempre que te salga una espinilla es lavarte la cara, con suavidad para no irritar aún más la zona, utilizar un gel limpiador y, por último, aplicarte un tónico.

Un consejo: es muy importante que te seques la cara con una toalla limpia, para evitar que las bacterias empeoren la situación.

Ponte gasas frías y calientes

¿Quién no se ha puesto una gasa caliente o fría en una espinilla alguna vez en su vida? Si quieres reducir su tamaño, ponte una gasa fría (envuelta en una toalla para proteger la piel) durante 5-10 minutos y luego ponte otra caliente (como si fuera un paño caliente) durante el mismo tiempo. Repite el proceso varias veces a lo largo del día. El calor hará que la infección vaya saliendo a la superficie y el frío reducirá el enrojecimiento y la hinchazón.

Un consejo: Pon un poco de té verde en una cubitera para hacer cubitos de hielo de té verde para las gasas frías. El té verde contiene antioxidantes que reducen la inflamación y hacen que la espinilla desaparezca antes.

Utiliza un tratamiento específico

Los tratamientos locales acabarán con las bacterias del foco de infección. Aplícate el producto únicamente dos veces al día, si no quieres dañar tu piel aún más.

Un consejo: Busca un producto que seque y que calme como Purefect Skin Targeted Solution de Biotherm. Contiene ácido salicílico y plancton termal, muy eficaces pero, al mismo tiempo, delicados con la piel.

Estos 3 pasos harán que te libres rápidamente de la espinilla. Sin embargo, si sigue allí al día siguiente, no hay nada que un poco de confianza en una misma y una crema BB o un poco de maquillaje no puedan disimular.