Sabemos que a priori es algo que cuesta mucho y solemos estar reticentes a ellos. Levantarse una o dos horas antes cada día, antes de ir a trabajar, para ir al gimnasio o practicar deporte al aire libre no es una idea que conquiste a nadie. Sin embargo, estudiando las diferencias entre hacer deporte a primera hora o hacerlo al final del día, puede que muchos se convenzan de madrugar un poco más y disfrutar de todos los beneficios que nos aporta. Aquí, cuatro razones que te harán cambiar de idea y te lanzarán a practicar deporte a primera hora:

1. Es la mejor forma de organizar tu día

Cuando nos proponemos hacer deporte y establecer un entrenamiento como parte de nuestra rutina, la mayoría de las veces el problema más común es encontrar un hueco para llevarlo a cabo cada día. Tendemos a dejar el ejercicio para las últimas horas del día, cuando salimos de trabajar y terminamos todo lo que tenemos que hacer. Sin embargo, esto implica que cualquier imprevisto impida que hagamos deporte ese día. Una reunión con amigos, ir al cine, hacer la compra o preparar la cena suelen ser imprevistos comunes que hacen que prescindamos del gimnasio. Por eso, establecer la rutina deportiva a primera hora acabará con todas las excusas para saltarnos el entrenamiento. Piensa que no restaremos tiempo de otras actividades, sino que añadiremos una o dos horas más al día, de forma que, estableciendo esta rutina, nuestros días estarán mucho más organizados y preparados para cualquier imprevisto.

2. Aprovecharás tu energía al máximo

Otra de las cosas que no tenemos en cuenta a la hora de practicar deporte a última hora es la falta de energía que tenemos al final del día. Hemos madrugado, hemos estado ocho horas trabajando, en muchos casos ni siquiera hemos estado en casa para comer, hemos tenido que resolver decenas de imprevistos del día a día y, al llegar a casa, tenemos que cambiarnos de ropa e irnos corriendo al gimnasio para no llegar muy tarde a cenar. La energía que queda en nuestro cuerpo al final del día es mínima, y muchas veces saturamos a nuestro cuerpo al hacer entrenamientos tan tarde. Si cambiamos la rutina y nos lanzamos al deporte a primera hora, nuestro cuerpo estará despejado, descansado después de haber dormido toda la noche y plenamente activo para llevar a cabo el entrenamiento que deseemos.

3. Obtendrás mejores resultados

Teniendo en cuenta que es nuestro momento de mayor actividad, y en el que estamos más descansados (siempre y cuando durmamos bien y tengamos la alimentación correcta) no es de extrañar que los resultados sean mejores. Y no lo decimos nosotras, sino que hay estudios científicos que lo corroboran. De hecho, una investigación llevada a cabo por la Universidad de Northumbria en Newcastle, concluyó que si realizamos ejercicio en ayunas, quemamos hasta un 20% más de grasa que haciéndolo al final del día, incluso aunque consumamos las mismas calorías a lo largo de la jornada. Esto se debe también a que activamos el cuerpo a primera hora del día y, así, está predispuesto a quemar más durante las horas posteriores.

4. Regularás tu sueño

Aunque creamos que hacer deporte por la tarde puede ayudarnos a gastar energía de cara a la noche y, así, estar más cansados y dormir mejor, lo cierto es que puede tener el efecto contrario en nuestro cuerpo. Aunque el cansancio físico es algo evidente, el deporte activa nuestro organismo y hace que nos mantengamos despiertos y activos durante las horas posteriores. Por eso, hacer deporte a última hora podría impedir que conciliemos el sueño correctamente. Por otro lado, también puede provocar que el gasto de energía a última hora del día sea tal que nos vayamos a dormir agotados y, a la mañana siguiente, no hayamos descansado lo suficiente.