El ejercicio hará que tu piel sea más resistente, hará que te sientas más tranquila y mejorará tu circulación sanguínea. Sin embargo, el entorno en el que te ejercites también puede tener consecuencias en tu piel. Mañana te daremos unos consejos para protegerla, tanto si entrenas en el gimnasio, como si lo haces al aire libre.

Como ya te contamos, el estrés y los niveles de cortisol son los principales enemigos de las pieles sensibles. "Unos niveles elevados de cortisol pueden debilitar la barrera protectora de la piel, lo que se puede traducir en la rotura de capilares y en la aparición de hematomas", comenta la Dra. Lebar. "También aumenta los niveles de andrógenos en el cuerpo y, en consecuencia, el exceso de grasa, que provoca la aparición de puntos negros, poros y acné". Pero, al igual que la meditación, el ejercicio puede contribuir a reducir el estrés y hará que la piel sea menos susceptible a desarrollar estos problemas.

A lo largo de los años se han llevado a cabo numerosos estudios que han tratado de determinar la efectividad del ejercicio en cuanto a la reducción de los niveles de estrés. En uno de esos estudios, los investigadores llegaron a la conclusión de que practicar ejercicio puede reducir el estrés en más de un 40%.

Seguir un programa regular de entrenamiento es lo que más favorece a una piel sensible. Ejercitarse con frecuencia hará que tu cuerpo libere endorfinas (que son las que realmente ayudan a reducir el estrés), hará que duermas mejor y que te sientas más relajada a lo largo del día. Cuanto mejor te sientas mentalmente, menos problemas te dará tu piel. Físicamente, el ejercicio también contribuye a que las células cutáneas se regeneren y a reforzar la barrera protectora de la piel.

Sin embargo, la Dra. Lebar nos recuerda que debemos seguir siempre la regla de oro del ejercicio: "Practica actividades físicas variadas que se adapten a tus características físicas".

El ejercicio hará que tu piel sea más resistente, hará que te sientas más tranquila y mejorará tu circulación sanguínea. Sin embargo, el entorno en el que te ejercites también puede tener consecuencias en tu piel. Mañana te daremos unos consejos para protegerla, tanto si entrenas en el gimnasio, como si lo haces al aire libre.