Según datos de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), entre un 30% y un 50% de la población padece algún tipo de intolerancia a la lactosa. Sin embargo, el 64% de los afectados no sabe qué tipo de intolerancia tiene y el 14% no ha sido diagnosticado por un médico.

Si tienes intolerancia a la lactosa significa que no hay suficiente lactasa en el intestino delgado para asimilar toda la lactosa consumida. De manera que, la lactosa digerida parcialmente o no digerida pasa al intestino grueso y allí se descompone por las bacterias del intestino grueso y genera dolor abdominal, gases, flatulencias, hinchazón y distensión abdominal –en el 80% de los casos-, diarreas ácidos –en el 50%-, cansancio –en un 54%- y trastornos del sueño –en un 23%-, según el Estudio Intolerancia a la Lactosa 2017 realizado por Qué puedo comer.

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La cuestión es que cualquier intolerancia o alergia alimenticia debe ser diagnosticada y vigilada por un especialista porque puede variar el grado en el que afecta a tu salud con el tiempo. Y ¿cómo puedes averiguar que tienes un déficit de lactasa? Existen distintos métodos para diagnosticar el déficit de lactasa. El 26% de las personas encuestadas para el estudio se han sometido a un test de hidrógeno en el aliento, un 12% se ha hecho un análisis de sangre, el 13% ha dejado de tomar lácteos y el 5% restante ha usado otros métodos.

Aquí los tienes todos:

Test de hidrógeno en el aliento. Es el método más utilizado y consiste en tomarse una solución con lactosa -25-50 g de lactosa en 200-400 ml de agua- y después ir soplando a intervalos de tiempo de 15 minutos en unas bolsas herméticas o probetas para poder medir el hidrógeno en el aire exhalado. Normalmente hay muy poco hidrógeno en la respiración, pero si tu cuerpo tiene problemas para descomponer y absorber la lactosa –principal azúcar de la leche-, los niveles de hidrógeno en el aliento se incrementan. Según éstos se determinará el grado de intolerancia.

Análisis de sangre. Después de tomar 100 gramos de lactosa se saca una muestra de sangre de una vena del brazo transcurridos 60 y 120 minutos para buscar la presencia de glucosa, ya que el cuerpo la produce cuando la lactosa se descompone. Debe aparecer un aumento de 2mg/dl de glucosa a las 2 horas de la ingesta de la lactosa.

Biopsia del intestino delgado. Se introduce un tubo flexible de fibra óptica –endoscopio- a través de la boca o nariz hacia el tracto gastrointestinal superior –duodeno- y se toman muestras de tejido para a posteriori examinar en el laboratorio la presencia de lactasa o no en la mucosa intestinal. Se realiza con sedación total.

Test genético. Ha sido diseñado para detectar los polimorfismos del gen MCM6 asociado con la predisposición genética a hipolactasia o deficiencia de lactasa. Basta con tomar una muestra con un bastoncillo de algodón de la mucosa de las mejillas y enviarla a un laboratorio. En cuestión de 20 días tienes los resultados.

Test de Gaxilosa. Primero te tomas una dosis de Gaxilosa –un disacárido sintético análogo a la lactosa- y después se realiza una muestra de orina para detectar su presencia en ésta y averiguar si tienes hipolactasia o deficiencia de lactasa. Si la cantidad en la orina de Gaxilosa transcurridas 5 horas es menor a 19,18 mg eres hipolactásica.