El café es una de las bebidas más apreciadas en todo el mundo. Después del agua, es la segunda bebida más consumida en el planeta. Los europeos son los más "cafeteros" en la actualidad, con Finlandia a la cabeza (los finlandeses toman una media de 2,64 tazas al día). ¿Por qué esta pasión por el café? Además del placer que supone una taza de café por las mañanas, según los científicos, también se podría deber a la inactividad del gen PDSS2.

Cada persona metaboliza la cafeína de forma diferente

Investigadores de la Universidad de Edimburgo y de la Universidad de Trieste estudiaron el ADN de 1.700 holandeses y de 1.200 italianos y descubrieron que aquellos en los que el gen PDSS2 era más activo metabolizaban la cafeína más lentamente que las personas en las que era menos activo. Como consecuencia, solían beber menos café, muy probablemente, debido a que simplemente no lo necesitaban.

Sería aconsejable que las personas que metabolizan la cafeína más rápido y necesitan pasarse cada poco tiempo por la máquina de café, limitaran su consumo a 4 tazas al día. Tomar más de 400 mg de cafeína en 24 horas puede provocar insomnio, nerviosismo e incluso taquicardias. Pero no te preocupes, existen otras alternativas al café como el té, un chocolate caliente o la achicoria. Esta última es una opción muy a tener en cuenta, ya que es muy parecida al café, pero, además, tiene la ventaja añadida de que no contiene cafeína.

Los granos de café contienen pequeñas cantidades de vitaminas, minerales y antioxidantes, lo que significa que el café es muy bueno si se toma con moderación. Una buena manera de reducir la cantidad de café que tomas es sustituir el café de por la mañana por una sesión de yoga de vez en cuando. Créenos, es una gran manera de empezar el día.