Trabajar ocho horas sentada en una silla frente al ordenador, con el único esfuerzo requerido de mover el ratón de un lado a otro y teclear sin parar es, a priori, una actividad con la que cuesta luchar contra el sedentarismo. Si pasamos un tercio de nuestro día sentadas y otro, en principio, deberíamos estar durmiendo, ¿cómo vamos a mantener una rutina activa?

Sin embargo, la actividad física y la vida sana son totalmente compatibles con un trabajo de oficina. La clave de mantenerse sana y en forma va mucho más allá de trabajar sentada o sin parar de moverse (aunque es obvio que el segundo grupo lo tienen más fácil para mantenerse en activo): la alimentación, la comida que escogemos para llevar al trabajo, el medio de transporte que utilizamos para llegar hasta la oficina, la postura utilizada durante el día o las actividades en las que invertimos nuestro tiempo una vez salimos del trabajo son mucho más importantes que el simple hecho de estar frente al ordenador.

¿No te lo crees? Para ello te damos 10 trucos muy sencillos que, aplicándolos tu día a día, perderás peso y adoptarás unos hábitos de vida mucho más saludables. ¡Toma nota!

1. Evita el coche al máximo

Cualquier medio de transporte es mejor que el coche si lo que queremos es acabar con una rutina sedentaria. Sabemos que no siempre es posible ir andando al trabajo (mucho menos en las grandes ciudades) pero podemos intentar establecer una rutina en la que cojamos el metro o el autobús a unos 20 minutos de casa, o forzarnos a caminar un poco más a la vuelta, cuando vayamos con menos prisa. Caminar entre 30 y 50 minutos al día supondría un cambio radical en tu día a día y los resultados aparecerían en pocas semanas. Además, no es solo una cuestión de perder peso sino que el contacto con el aire fresco, caminar por la calle otorgándote un tiempo para ti y evitar los atascos y el estrés que provoca conducir en hora punta solo puede aportarte cosas positivas.

2. El desayuno, la comida más importante del día

No, no es un mito, sino una realidad. Ten en cuenta que llevas ocho horas durmiendo, sin ingerir absolutamente nada y que es la primera comida del día, que te aportará energía para las próximas horas. Un buen desayuno es fundamental para mantener tu cuerpo a raya: combinar hidratos y proteína no solo te aportará nutrientes y energía sino que controlará el hambre y te mantendrá saciada a lo largo de la mañana. Unas tostadas de pan integral, con una cucharada de AOVE, entre dos y cuatro lonchas de pavo o jamón cocido y un café o té con leche sería una combinación estupenda.

3. Mantente hidrata durante todo el día

Sabemos que es una actividad que a mucha gente le cuesta llevar a cabo, pero hay que hacer un esfuerzo. La hidratación es imprescindible para estar saludables, ya que el 30% de nuestro cuerpo es agua. Pero, además, el agua es uno de nuestros mejores aliados a la hora de perder peso. Manteniéndote hidratada evitarás la temida retención de líquidos y ayudarás a que todos tus órganos funcionen mejor, algo que tu cuerpo agradecerá especialmente en esta época.

Si eres de las que se le olvida o le cuesta mucho hidratarse, opta por trucos como la fruta y el hielo en el agua o infusiones como el té verde, que aportarán sabor a la bebida y, además, te mantendrán saciada durante más tiempo.

4. Ejercita tus músculos aunque estés sentada

Existen numerosos ejercicios para establecer una rutina diaria de actividad física en la oficina. Subir las piernas y tensar los glúteos, hacer ejercicios de pierna y rodilla, estirar el cuello, las muñecas y las articulaciones, subir y bajar hombros, hacer movimientos con los brazos... Puede parecer ridículo a priori, pero estar ocho horas sentada sin moverte puede ser devastador para tu cuerpo. Además, no solo se trata de una cuestión de combatir sedentarismo o pérdida de peso, sino de mantener activos tus músculos y articulaciones, ya que hay partes de tu cuerpo como el cuello, las muñecas o la espalda que pueden sufrir mucho si no adoptas una buena postura o no liberas la tensión que acumulan.

5. Evita ascensores

Suena a tópico, pero deberías tomar nota. Si un tercio de tu día lo pasas sentada, deberías aprovechar cualquier movimiento para estar en activo. Subir las escaleras de tu edificio o la oficina, evitar ascensores y escaleras mecánicas o mantenerte en pie y en movimiento si paras cinco minutos a tomar un café (en lugar de volver a sentarte) son algunos hábitos que te ayudarán a perder peso y, sobre todo, a tonificar tu cuerpo, sin mucho esfuerzo.

6. Invierte tiempo en preparar tu comida (aunque sea de 'tupper')

Cocinar para meter la comida en un 'tupper' y saber en lo que puede convertirse tu plato tras 15 horas en un envase de plástico no es agradable para nadie. Y pensar en recetas que puedan estar igual de sabrosas al día siguiente tampoco es tarea fácil (nos estancamos en la ensalada de pasta y el pollo con verduras y arroz). Sin embargo, hay cientos de combinaciones de alimentos que pueden aportar sabor y frescura a tus platos. Las ensaladas y sopas frías pueden ser tus mejores aliadas en verano: introduce legumbres como lentejas o garbanzos, y proteína animal sin grasa como pavo, la ternera o el pollo, y culmina tus platos con salsas llenas de sabor y pocas calorías, como la salsa de soja o la mostaza de Dijon. Internet tiene ideas para darte de comer el resto del verano.

7. Evita picar entre horas

Al igual que el trabajo en oficina es mucho más perjudicial que trabajar de cara al público o incluso el teletrabajo, a la hora de preparar comidas e incentivar la actividad física, también es cierto que favorece el evitar picar entre horas. El picoteo antes de comer o a última hora de la tarde, cuando no hemos realizado bien el resto de comidas, puede acabar con todos los esfuerzos que hagamos el resto del día porque, además, lo que solemos elegir de picoteo suelen ser alimentos altos en calorías y nada saludables (patatas y snacks, aceitunas, embutidos....). Por eso, evita hacerlo en tu jornada de trabajo. Todass sabemos que muchas veces la máquina expendedora o la bolsa de patatas del compañero puede tentarnos, pero hay que ser fuertes y resistir.

8. Respeta las cinco comidas diarias

Este punto es imprescindible para poder cumplir el anterior. Si crees que el ayuno te va a hacer perder peso, estás muy equivocada. En primer lugar, porque el cuerpo necesita energía para mantenerse activo y acelerar el metabolismo (algo que también nos hace perder peso) y eso solo se consigue ingiriendo alimentos. Por otro lado, porque la consecuencia de no comer es que, al llegar a casa, acabarás abriendo la nevera y devorando lo primero que encuentres (que seguramente será lo más apetecible y lo menos recomendable).

Por eso, comer cada dos o tres horas alimentos saciantes y bajos en calorías te ayudarán a mantener el hambre a raya el resto del día. Frutos secos, aguacate, frutos rojos, proteína animal (pavo, jamón cocido, huevo duro), atún o mariscos en conservas, hummus... Hay cientos de ideas para un almuerzo o merienda rico y saludable.

9. Adopta hábitos de vida saludables

De poco sirve tomar todas estas medidas si, al acabar la jornada laboral, optas por irte a casa, tumbarte en el sofá o sentarte en una terraza durante horas a tomar cañas. Evidentemente, a todos nos gusta disfrutar de estos pequeños placeres de vez en cuando (más aún cuando las temperaturas acompañan), pero estos tips para perder peso en la oficina son solamente un complemento para una vida activa y saludable. Hacer deporte, mantener una dieta sana y equilibrada y respetar las ocho horas de sueño son imprescindibles para que todo lo demás funcione. ¡Toma nota!