Si hay un plato en nuestra mesa que siempre tiene ese hueco privilegiado es la ensalada. Nos gusta en todas sus versiones y con todos los ingredientes que puedas imaginar. Por eso ya te hemos contamos recetas de 8 ensaladas diferentes si estás cansada de la clásica con tomate, atún y lechuga; también te hemos hecho nuestro particular menú de y 7 ensaladas para 7 días de verano, hemos recopilado también buenas opciones de 7 ensaladas ideales para llevar al trabajo además de darte ideas para que te conviertas en un chef con estrella y prepares en casa deliciosas ensaladas de autor. Ya en solitario hemos ampliado nuestro catálogo de ideas con recetas como la Ensalada de nueces caramelizadas y manzanas, la ensalada de calabacín o la Ensalada de quinoa con queso de cabra y pesto de pistacho.

La receta que hoy te traemos, la de Ensalada de arroz, piña y jamón no solo es un clásico de nuestra cocina cuando llega el buen tiempo y comienza a hacer calor. Es un plato que generalmente tomamos en verano y en parte también en primavera y en otoño, y que además de ser un plato fresquito y ligero que nos apetece cuando suben los grados, también es muy sano y que es tan rico que gusta a la mayoría desde los mayores y en especial a los niños, por lo que te resuelve de forma sencilla la comida de muchos días de verano. Y lo mejor, no perderás mucho tiempo en la cocina porque no tardas casi nada en sacar adelante este platazo.

Las ensaladas aburridas hace ya tiempo que pasaron a la historia, y aunque esta es una receta tradicional la unión de ingredientes y sabores la sigue haciendo muy divertida y apetecible. Porque si la piña y el jamón cocido dan para mucho en una pizza (aunque reconocemos que aquí hay una debate entre los que están a favor y los que se muestran radicalmente en contra) unidos en fresco junto con arroz cocido en un mismo plato es otra historia. El arroz aporta hidratos mientas que la piña, fruta baja en calorías, aporta antioxidantes, es una excelente fuente de ácido fólic, y dos llena de vitaminas C, B1 y B6 y minerales tales como potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro y manganeso. Por su parte, el jamón de York contribuye aportando proteínas y minerales como hierro, potasio, fósforo, magnesio y zinc y vitaminas del grupo B.