La Sopa Castellana es uno de los platos más típicos de la gastronomía española. Practicamente vas a comerlo en cualquiera de las regiones del país, y es muy habitual encontrarla como uno de los platos principales de los menús de los restaurantes, sobre todo en invierno.

Cuenta la historia, que nació como un plato popular en las casas más humildes que se solía tomar a primera hora del día, de madrugada, para entrar en calor; al igual que después de la jornada laboral, para reponer fuerzas. Además era un plato recurrente y de aprovechamiento para dar salida a ese pan que se quedaba duro y que ya no era agradable de comer.

La receta original llevaba era muy sencilla, con ingredientes básicos, accesibles y baratos: agua, pan duro, ajo, pimentón y huevo. Con el paso del tiempo la receta fue evolucionando hasta añadirse otros ingredientes como el jamón; e incluso ahora se elabora en versiones más 'gourmet' con ingredientes más selectos partiendo de la base original.