11 cosas de tu casa que impiden que seas feliz
Deshazte de ellas y tu vida mejorará. Garantizado.
Las cosas de los niños
Lo peor no es que lo dejen tirado todo por el suelo, sino tener que ordenar todos los días los juguetes, la ropa y los trabajos manuales que traen del cole. "El desorden de los niños exaspera a los padres, sobre todo, porque es muy difícil disponer de un lugar donde guardarlo todo, lo que empeora la sensación de caos, una sensación que muchos padres tienen cuando crían a sus hijos y las cosas no son como ellos pensaban", explica la psicóloga Dr. Susan Bartell.
Esa caja en la que ya no caben más juguetes puede ser el detonante. "Es entonces cuando los padres empiezan a tener la sensación de que la casa no está limpia, que cualquiera que venga a su casa puede pensar que son unos desordenados y empiezan a culparse de ser incapaces de mantener la casa más ordenada. Los padres también se preguntan en qué se están gastando el dinero cuando ven tal desorden y por qué se han gastado tanto dinero en TANTAS cosas que sus hijos no usan. Por último, buscar algo entre tanto desorden puede ser la gota que colme el vaso".
Pero, al contrario de lo que se piensa, las cosas de los niños son muy fáciles de organizar, según Bartell. "Un reciente estudio realizado por SpareFoot.com ha llegado a la conclusión de que una tercera parte de los padres creen que pueden deshacerse de la mitad de los juguetes de sus hijos sin que se den cuenta".
Recuerdos de familia y regalos
Tu tía tenía muy buenas intenciones cuando te dejó en herencia esa colección de figuritas. Pero, en vez de acordarte de ella, lo que sientes es una especie de frustración cada vez que ves la caja donde las tienes guardadas. "Guardamos un montón de recuerdos de familia o de regalos que no nos gustan, porque si nos deshacemos de ellos nos sentiremos culpables" explica Bartell. "Funcionan como un lastre emocional y, además, estorban. Guardamos cosas que no van con nuestro estilo y, en cambio, renunciamos a cosas que sí nos gustan".
Los libros que ya no te gustan
Sorprendentemente, los libros tienen una gran carga emocional. La sola idea de tener que ordenar pilas y estanterías de libros puede agobiar incluso a los amantes más incondicionales de los libros. "Los libros provocan emociones muy intensas, porque, en su momento, fueron puertas hacia otros mundos, nos hicieron vivir nuevas experiencias e hicieron volar nuestra imaginación", explica la escritora Christina Waters. "Solemos conservar aquellos que nos han acompañado en los momentos importantes de nuestras vidas. Nuestra novela favorita de la adolescencia está llena de sueños de juventud en sus páginas. Ese otro libro de poesía que nos regaló aquel novio del instituto guarda en su interior parte del amor que ambos os profesabais. Deshacerse de un libro es como perder una parte de nuestras vidas".
Recuerdos de la infancia
Nunca querrás deshacerte de tu muñeca preferida o de tu osito de peluche, pero igual de difícil será hacerlo de otras cosas menos importantes de tu infancia, de tu adolescencia o de cuando estabas en la universidad. Este tipo de objetos tiene una gran carga emocional. "Asumir que un tesoro del pasado ha perdido toda la magia que tuvo en su momento es reconocer que hemos cambiado. Y cuando nos damos cuenta de ello, nos preguntamos ¿Qué es lo que me va a hacer feliz ahora?" comenta Waters. "Los cambios siempre hacen que nos preguntemos cosas como quiénes somos y cómo queremos que sea nuestra vida. Descubrir que esa colección de muñecas ya no nos hace sentir como antes es reconocer que hemos crecido. Algo difícil de asumir.
Colecciones con las que ya no disfrutas
Una colección que nos gustaba hace tiempo puede convertirse en una carga con los años, no por el espacio que ocupa, sino por la conexión que tenías con esas cosas y que se ha perdido. "Una colección se asocia a los recuerdos sobre una época de la vida de una persona y, por eso, deshacerte de ella puede interpretarse como un deseo inconsciente de olvidar aquella época", explica la psiquiatra Dr. Gail Saltz. "Para hacer frente a este sentimiento, una buena idea es hacer una nota que describa la colección y colocarla donde estaba o dejar un único elemento como testimonio, mientras el resto de la colección permanece guardada en un lugar especial".
Material de hobbies que ya no practicas
Quizá en algún momento quisiste aprender a hacer un jersey de punto y empezaste a acumular ovillos y ovillos de lana, porque estabas segura de que era un hobby hecho a tu medida. Con los años, toda esa lana sigue estando donde la dejaste. "Es más fácil ir acumulando este tipo de material que sacar tiempo y ganas para utilizarlo", explica la bloguera Francine Jay. "Y creemos que mientras tengamos toda esa lana guardada en un armario, podemos retomarlo cuando queramos, aunque no hayamos cogido las agujas en meses (o años)".
Ese material refuerza un círculo vicioso de culpa y ansiedad. "Nos sentimos culpables por gastar dinero en cosas que no utilizamos, por eso las guardamos, pero queremos creer que si todavía las conservamos es porque no hemos abandonado ese hobby", explica Jay.
Cortinas
En su momento las cortinas de terciopelo te parecieron una buena idea, pero te has dado cuenta que se llenan en seguida de polvo y que han sumido tu salón en la más absoluta oscuridad. Cada vez que las miras, se te cae el alma a los pies. "Por lo general, este tipo de decoración crea una atmósfera muy pesada", comenta la diseñadora Laura Benko. "En ocasiones puede parecer que este tipo de cortinas son una buena idea, pero es mejor que te lo pienses bien y te decidas por unas cortinas más ligeras, que dejen pasar mucha luz".
Cuando quieras cambiar las cortinas, piensa en el tiempo que te llevará limpiarlas y cuidarlas. "Si la tela requiere muchos cuidados, al final, acabarás arrepintiéndote, así que piénsatelo dos veces antes de decidirte".
El color equivocado
"Está demostrado que los colores tienen un impacto psicológico en el carácter de una persona. Se sabe que el rojo, el naranja y los colores cálidos tienen un efecto estimulante, los azules y verdes relajan y el gris y el beige son neutros", explica Benko, quien también hace hincapié en la importancia que tiene elegir el color que más nos guste, no uno que esté de moda.
Si te decidiste por unos tonos beige, porque creías que eran una apuesta segura, pero ahora tienes claro que te equivocaste, colocar unos cuantos accesorios en tu color favorito pueden servir de solución momentánea hasta que vuelvas a pintar.
Cosas rotas
Cada vez que abres el armario, ahí está. Una taza de té rota. Todavía no te has decidido a arreglarla, pero tampoco quieres tirarla. "Mi teoría es que este tipo de cosas implica un sentimiento de pérdida", explica la arquitecta y experta en feng shui, Anjie Cho."Creemos que no tenemos la cantidad suficiente. Es una mentalidad de pobre que indica que no nos valoramos lo suficiente a nosotras mismas. Se trata del miedo a dejar escapar las cosas".
Cho también explica que esta sensación está relacionada con el hecho de que no queremos volver a comprar algo que hemos tirado porque creíamos que no lo necesitábamos. "Alimentar la pobreza mental solo hace que ésta se perpetúe en nuestro interior y guardemos cosas rotas, que, al mismo tiempo, nos hacen sentir culpables".
Ese montón de papeles
Lo peor de una pila de papeles es que puede contener documentos de todo tipo, desde nóminas de hace unos años hasta tarjetas de Navidad. "Ordenar papeles es una tarea ardua y aburrida. La correspondencia y las tarjetas de Navidad son como las cosas rotas, representan viejos recuerdos que la gente teme perder, explica Collette Shine, organizadora profesional. "Los grandes montones de papel provocan ansiedad, sensación de estar sobrepasada por los acontecimientos, vergüenza y estrés. También resulta difícil enfrentarse a una pila de papeles, porque es una tarea que nos hará perder mucho tiempo".
Puede que dividir la pila en grupos más pequeños te haga más llevadera la tarea. ¿Tampoco? Pídele a una amiga te ayude.
Tazas (u objetos promocionales)
Sí, el mensaje de esa taza parecía muy original cuando la viste en aquella tienda de segunda mano, pero la frase ha perdido frescura. O quizá estemos hablando de todos esos objetos promocionales con los que has llenado tu casa. "Lleva mucho tiempo deshacerse de este tipo de cosas", explica Shine. La típica mochila que te dan en las conferencias o en los cursillos puede serte útil en cualquier momento, piensas, pero siempre acaba dando vueltas por los armarios. Es muy difícil deshacerse de algo que has conseguido de forma gratuita o por poco dinero, porque tienes la sensación de haber hecho un buen negocio o porque crees que tiene mucho valor".
Aprende a deshacerte de las cosas
Si sabes identificar las cosas que hacen que te sientas mal, habrás ganado la mitad de la batalla, pero deshacerte de ellas seguirá resultándote difícil. Quizá sea bueno plantearte el hecho de deshacerte de ciertas cosas como un acto de generosidad contigo misma. "Valora tu espacio de la misma manera que haces con tus cosas", aconseja Francine Jay. "Necesitamos espacio para llevar a cabo las cosas con las que disfrutamos, como jugar con los niños en su habitación, hacer yoga en nuestro dormitorio o bailar un tango en el salón. Es lo que hacemos, y no lo que tenemos, lo que hace que nuestra vida sea memorable y tenga sentido".
Cuándo pedir ayuda
Si eres incapaz de deshacerte de este tipo de objetos, siempre puedes acudir a la ayuda profesional. "A veces puede tratarse de un trastorno obsesivo-compulsivo, sobre todo, si tienes muchas cosas como periódicos, barras de labios… cosas de las que después no te preocupas. Si la idea de deshacerte de estas cosas te provoca ansiedad, pero eres consciente de que interfieren en tu espacio vital, puede que necesites acudir a un terapeuta que te ayude a superar ese trastorno que hace que acumules objetos que no necesitas" explica Gail Saltz.
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