Un apartamento en el centro de Lyon repleto de diseño y luz
Lujo, elegancia y 'charm' francés. Este apartamento lleno de diseño y luz tiene ese 'je ne sais quois' que enamoraría a Brigitte Bardot, Coco Chanel o Hubert de Givenchy.
Oh là là! Seductora, fascinante y llena de luz, como una dama francesa con rouge en los labios que cautiva, con su belleza natural y su desenvuelta presencia, mientras se toma un café au lait y -siguiendo con el tópico- un croissant de mantequilla, sin dejar de sujetar su cigarro de Yves Saint Laurent (por supuesto). Así es este refinado apartamento de Lyon, una mezcla experta de diseño contemporáneo, piezas icónicas, antigüedades y tesoros ebrios de charm francés, un lugar con ese curioso "je ne sais quois" que te hace recordar la magia de Midnight in Paris o Amélie, siendo el resultado el mismo: un manso anhelo de poder viajar al país que tuvo en sus cafés a Victor Hugo, Ernest Hemingway o Julio Cortázar. Quien se pasea por los suelos de madera vintage es Truffe, un Jack Russel que, si bien no mide más de 60 cm, es el señor indiscutible de este apartamento de mitad del siglo XIX. Se construyó en su día en Ainay, un antiguo vecindario -hoy lleno de tiendas de decoración y resturantes de moda- que solía albergar a familias acomodadas que habían hecho su fortuna en el comercio de seda. Y si alguien se pregunta cómo un perro puede ser dueño de algo así, os diré que, en realidad, no vive solo, la buena compañía de la que hablo es la artística pareja francesa Pierre Emmanuel Martin y Stéphane Garotin, el dúo detrás de Maison Hand, su tienda de diseño que aúna una cuidada selección de muebles, textiles y accesorios de alrededor del mundo.
"Es nuestra interpretación de lo que está ahí fuera, en el mundo del diseño", dice Pierre, "es un estilo de vida y no una colección de nombres famosos". Quisieron crear algo muy fresco y luminoso, sosegado y placentero, que funcionara como muro para, así, dejar fuera todos los asuntos de la vida cotidiana. "Es un tercer piso y la mayoría de las ventanas dan al sur, así que aprovechamos toda la luz natural posible", cuenta Stéphane. La predilección de la pareja por la elegancia de líneas y materiales no sustituyó su deseo paralelo de tener un lugar donde fuera fácil vivir. "Tenemos cómodos sofás, un montón de cojines y alfombras. Es un espacio muy relajado", continúan diciendo.
El dúo es fiel a la mezcla, cada pieza de sus incansables viajes se combina con materiales naturales, como el mármol o la madera; su cocina y baño de Boffi de líneas puras convive con antigüedades y elementos clásicos que suavizan el interior y lo conectan con la historia. El lugar presenta un toque refinado, gracias a piezas como el espejo Adnet by Gubi, el retrato de Antoine Schneck, de la galería Berthet Aittouares, o las esculturas, de Atmosphère d'ailleurs, y un estilo clásico muy francés, el cual calificaba Caroline Bingley en Orgullo y Prejuicio como "poco patriótico" pues ha sido siempre un estilo envidiado con el que hoy, Pierre y Stéphane, se sienten como en casa.
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