Una espectacular casa en Indonesia
Esta villa juega al escondite con la exuberante vegetación de Bali, en un divertido "ahora me ves, ahora no me ves" y rinde culto al slow life con piezas únicas artesanas, hechas con materiales naturales, sello del diseñador holandés Osiris Hertman.
Una sensación realmente mágica: desperezarse en la cama, salir al balcón y dejar que la vegetación te abrace. Bali presume de ser refugio de dioses y que mejor oportunidad divina que reformar una casa que rinde culto a la naturaleza y al laissez passer. El diseñador holandés Osiris Hertman adora trabajar con todo lo natural y en villa Embrace ha cumplido su primer mandamiento "Vivir fuera estando dentro". "Adoro incorporar el paisaje en el interior y esta isla presenta circunstancias únicas. Para esta ocasión, hice "cortes" en las paredes, en cualquier lugar de la casa, para dejar que la luz y la vegetación entrasen, y dejé crecer palmeras en algunas paredes (como la del recibidor) para resaltar esa conexión", asegura. Para conseguir ese maridaje perfecto, Hertman sigue un ritual: visitar el escenario escogido muchas veces a horas distintas del día para estudiar los efectos de la luz cambiante sobre el espacio. ¿Su segundo mantra? "Hecho a mano"." La forma en la que cada uno vive es tan personal que el prêt-à-porter no funciona siempre y hay que diseñar piezas de alta costura", asegura. Hertman recurrió a la experiencia de artesanos para que crearan a mano impresionantes piezas de mobiliario, obras de arte irrepetibles por ser únicas, que se adaptan como una piel al espacio y se elevan sobre los pocos muebles, pero cuidadosamente escogidos, de la casa. Nada hace sombra a la regia cama con dosel, la pieza maestra de la mesa de comedor o la bañera con ese toque casi troglodita. Esta apuesta por el producto local y de km. 0, se extiende al uso de materiales propios de la isla, para vestir suelos y paredes. Y hasta ahí las concesiones de diseñador al exotismo asiático: ha huído de estereotipos tropicales, para apostar por un escenario contemporáneo de depurada sobriedad, deslumbrar con solo lo esencial.
Su cliente, también holandés, sólo le pidió diseñar el interior, pero después de varias charlas con él y su familia, se pensó en cambios más importantes que se ajustaran a su forma de vivir. Los días oscuros de Holanda pedían a gritos luminosidad y calidez. "Decidí introducir algunas reformas radicales, como un nuevo tejado -un metro y medio más alto que el original- para dar más luz, abrir balcones y conectar espacios", explica. Así un mismo suelo de cemento multitono recorre los dos pisos de la casa; salón, cocina y comedor comparten en buena armonía la planta baja y desde cualquier punto de la casa se vive el exterior y la piscina, gracias a unas paredes inexistentes, que se sustituyeron por livianas puertas correderas casi sin marco. Y como vínculo de unión que recorre toda la villa, un estampado floral tallado a mano que se repite en la puerta de entrada, los doseles de las camas, los pilares que sustentan el tejado e incluso la llave de la puerta de entrada. Como en un puzzle, todo encaja con la vista puesta en ofrecer bienestar y confort. "Un buen interior es básicamente como la naturaleza: tiene que proporcionar sensación de serenidad", y así se cierra el círculo.
Realización: Osiris Hertman
www.osirishertman.com
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