Pablo Paniagua nos muestra su Málaga
Luna grande, sol puro. Este fragmento del poema Ciudad del paraíso, que Vicente Aleixandre dedicó a la ciudad, define lo que significa para el interiorista: una tierra de extremos y yuxtaposiciones fascinantes, sexy y severa, profunda y mundana, capaz de todo, en mezcla constante.
Málaga, la ciudad donde nació, es un lugar muy especial para Pablo Paniagua. "Ya el poeta Rafael Pérez Estrada la definió como Martini del Mar. Fundada por los fenicios, fue cuna de hombres y mujeres revolucionarios, del flamenco y de los vinos que, en el XIX, deleitaban a los zares de Rusia. "Yo vivo y trabajo con mis hermanos, Álvaro y Gustavo, en Madrid desde hace años, pero nunca he dejado de ir y vivir Málaga. Con frecuencia, no soy consciente de cómo me marca pero enseguida la reconozco en lo que hago. Hemos crecido en veranos largos, sentimos como nuestros los aromas que en cada época se encadenan en la ciudad y nuestra banda sonora es flamenca y rockera. Todo eso está en nuestro trabajo y todo nos lo ha enseñado Málaga", explica.
La ruta del interiorista comienza en la entrada del puerto donde, desde hace 200 años, alumbra la Farola. "Al verla terminada, los malagueños decidieron referirse a ella en femenino porque algo tan bello sólo podía ser mujer", cuenta Paniagua. Otra visita obligada es la Catedral y sus cubiertas a las que, algunos arquitectos, consideran su quinta fachada. "Las obras se interrumpieron a finales del s. XVIII. El tejado quedó sin ejecutar y las bóvedas vaídas que cubren las naves permanecieron al descubierto generando una especie de paisaje lunar de ladrillo".
LA CALLE ANDRÉS PÉREZ, IMPRESCINDIBLE
En pleno centro urbano, siguen en pie antiguos entramados de la época musulmana que hoy están más vivos que nunca. "La calle Andrés Pérez es el mejor ejemplo, porque concentra muchos artesanos, estudios de arquitectura y diseño, restaurantes, galerías de arte y anticuarios", dice Pablo. "La calle conserva un palacio del s. XVIII en el que, después de años de recuperación arqueológica, se ubica La Casa del Cardenal (lacasadelcardenal.com), con muebles y objetos decorativos de los siglos XVIII y XIX". Aquí también está la heladería Casa Mira, uno de los últimos proyectos del estudio de Paniagua.
"Es el buque insignia de la mítica casa de turrones y helados que llegó desde Jijona hace 125 años. Es la apuesta personal del maestro heladero Fernando Mira Monerris y ha supuesto la recuperación del cancel de la farmacia más antigua de la ciudad, que ahora es su flamante entrada". El restaurante de José Carlos García, considerado el mejor cocinero de Andalucía, es también parada obligatoria. "Después de una década al frente del mítico Café París, junto a sus padres, en 2011 apostó por abrir su flamante restaurante de estética minimalista (www.restaurantejcg.com), bajo las cubiertas del hormigón del muelle del puerto. Ahora, trabaja en la recuperación del restaurante familiar que relanzará con un nuevo concepto que combina técnica y producto cerca de la plaza de toros de La Malagueta", asegura Pablo.
UNA CIUDAD CON MUCHO ARTE
Málaga está situada en la primera línea museística nacional, gracias al museo Picasso, el Carmen Thyssen, la nueva sección del museo estatal ruso de Sant Petersburgo Málaga y el Centre Pompidou (centrepompidou-malaga.eu). "Juan Francisco Rueda es, sin duda, el gurú del arte contemporáneo en Málaga. Además de profesor de Historia del Arte en la Universidad de Málaga, es crítico de arte y comisario de exposiciones", asegura el interiorista. Para Paniagua, a otro artista local que hay que seguirle la pista es a Ernesto Artillo que posa en el atrio de columnas de los Baños del Carmen. "Casi como un chamán del siglo XXI, este malagueño inclasificable da vida a formas y seres de sensualidad desbordante que recorren un universo en el que conviven lo épico y frágil con una naturalidad inexplicable", señala.
También merece la pena descubrir el buen hacer de la diseñadora Carmen de Pablo y de la bodeguera Victoria Ordóñez. La primera ha colocado a la ciudad en el mapa de la alta costura."Su trabajo caleidoscópico, sensual, sobrio, dulce e impagable, siempre está lleno de sorpresas: encajes antiguos, piezas vintage, ornamentos metálicos y joyas antiguas, mezclados con fruncidos y pliegues", dice el diseñador. La segunda ha conseguido que Málaga vuelva a sentirse orgullosa de sus vinos. "Después de un largo trabajo de investigación, vuelve a producir un mountain wine hecho solo con uva de la variedad Pedro Ximénez como aquel que hace más de dos siglos dio fama internacional a la ciudad", explica.
ARQUITECTURA CON VISTAS
En la ciudad, hay ejemplos de arquitectura para todos los gustos. El Palacio del Obispo, es una de sus joyas barrocas y, el Palacio de la Aduana, es su mejor ejemplo de neoclasicismo civil. También hay que ver el Corral de Santa Rosalía, la trasera de la iglesia de San Agustín, las casas pintadas de las calles Cerrojo y Alameda Principal, las chimeneas industriales y los Jardines de la Concepción (laconcepcion.malaga.eu). La arquitectura contemporánea está muy bien representada gracias al Omau (www.omau-malaga.com), observatorio de medio ambiente, de Iñaki Pérez de la Fuente, y el Muelle 2 "proyecto de Jerónimo Junquera y que ha supuesto que la ciudad redescubra su relación con el mar", finaliza. •
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