¿Por qué no existe el arte español en el exterior? Antes de responder, reconozcamos que hay una generación de comisarios trabajando en la primera división. Marta Gili (Jeu de Paume), Agustín Pérez Rubio (MACBA) o Mark A. Roglán (en el "pequeño Prado" de Texas, el Meadows), son un ejemplo. También tenemos nuestros emigrantes (artistas que han decidido trabajar en el exterior): Miquel Barceló, Esther Ferrer, Alicia Framis, Ángela de la Cruz… A pesar de este principio esperanzador, nuestra presencia exterior es escasa. Entre los 100 poderosos del sector -según Art Review-, no hay hueco para ningún español. El coleccionista autóctono también es un objeto no identificado para Artnet en su top 100.

¿Por qué no trabajamos en un diálogo de doble dirección? Los centros de arte y las galerías no sólo deben traer artistas internacionales, sino crear exposiciones de artistas locales y hacerlas viajar fuera.

¿Por qué no conseguimos seducir? ¿Será cierto que sólo triunfa lo genuinamente español? Barceló, Almodóvar o -lo tenía que decir- la tapa. ¿Por qué no creamos nuestra versión YBA (Young British Artists)? Versos sueltos -y genios- habrá siempre, pero se necesita que los artistas, una institución o, por qué no, un publicista, realicen una presentación contundente.

¿Por qué no abrimos el discurso dominante en el ámbito institucional? El arte político es necesario pero, ¿no debería ser un espacio, el del museo, abierto? ¿Por qué los artistas españoles con más recorrido internacional -Barceló, Jaume Plensa, Manolo Valdés...- no tienen hueco hoy en nuestros centros de arte? ¿Por qué no seguimos el ejemplo de los noruegos? Su Office for Contemporary Art Norway (OCA) tiene como objetivo fomentar el diálogo entre los profesionales y artistas noruegos y la escena artística internacional . Por cierto, lo dirige una española, Katya García-Antón.¿Por qué no promovemos la alianza entre cultura, empresas y política? Trabajemos unidos. Se necesita un IVA cultural competitivo y una Ley de Mecenazgo para facilitar que el sector empresarial se implique.

¿Por qué no nos alejamos de la espectulación de los años 80 y resituamos los precios? ¿Por qué un dibujo de un artista emergente español se cotiza igual que un artista norteamericano de carrera media? Es sólo una pregunta. Curiosidad.¿Por qué no, si las ferias internacionales son las nuevas bienales, ayudamos a las galerías a que presenten artistas españoles? Son el complemento perfecto a los museos, además de nuestras embajadoras en el exterior. Apostemos también por atraer coleccionistas y expertos foráneos. ARCOmadrid y Acción Cultural Española (AC/E) ya lo están haciendo. Aprovechemos también nuevas iniciativas para dar a conocer nuestra oferta, como los Gallery Weekend.¿Por qué no convertimos nuestras embajadas en galerías de arte contemporáneo español? No es una idea mía, es de los norteamericanos. El programa Art In Embassies, lanzado por el MoMA en 1953, exhibe en las sedes diplomáticas el mejor arte americano.

¿Por qué no nos involucramos todos convirtiéndonos en coleccionistas? Con un mercado local más fuerte, será más fácil presentarnos en el exterior. Y como nos recuerda Carlos Urroz, director de ARCOmadrid, "coleccionar no es comprarse una cosa de medio millón". Hay piezas de apenas 1.000 €. Son obras de tu tiempo, de un creador joven que a lo mejor se revaloriza, pero seguro que, en cualquier caso, vas a disfrutar. •