Esa silla que compraste de forma provisional en tu primer piso y que ahora tienes plegada (y olvidada) en algún rincón de tu casa. La mesa de comedor que te ha acompañado fielmente en cada mudanza y que en tu último hogar, por mucho que lo has intentado, no termina de encajar. La cajonera que alguien te regaló porque ya no la quería, y pensaste que sería muy útil, pero la aparcaste en el trastero y lo único que hace es coger polvo...

Ahora puedes librarte de todos ellos (y de tu cargo de conciencia por no darles uso), sin necesidad de estar regateando con nadie en Wallapop, gracias a la campaña Salvemos los muebles de IKEA.

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Tres son los requisitos que el gigante sueco pide para recomprarte tus muebles:

- En primer lugar, debe ser un mueble de IKEA, claro, con independencia de si sigue a la venta o está retirado de su catálogo.

- Segundo requisito: debe tratarse de cajoneras, mesas, sillas, vitrinas, escritorios, estanterías o armarios. Si no puedes ubicarlo dentro de alguna de estas siete categorías, no lo intentes.

- Y por último, hay que entregarlo montado. En caso de que tengas que llevarlo por partes hasta la tienda, te facilitarán herramientas para que vuelvas a armarlo.

Si cumple estos requisitos, solo tienes que rellenar un formulario en su web y adjuntar cuatro fotografías, esperar a que IKEA te haga la propuesta sobre su precio y entregar el mueble en la tienda que hayas seleccionado. La compensación llega en forma de tarjeta para hacer nuevas adquisiciones en la tienda y tu mueble sale a la venta en El Desván de las Oportunidades (la sección que todo experto en IKEA sabe que debe ser la primera en visitar).