Con fama de chico rebelde desde que estudiaba en la Academia de Diseño de Eindhoven, el holandés Maarten Baas (33) ha intentado derribar cánones preestablecidos y convencionalismos intocables. Sus diseños coquetean con lo imposible y se sitúan en la frontera del arte. Asombrosos y singulares, se han ganado el aplauso mundial y están en manos de coleccionistas, museos y galerías. Al acabar sus estudios, sorprendió con Smoke, su serie de muebles quemados, y después con Clay, muebles y objetos en arcilla sintética que evocan piezas de plastilina moldeadas por un niño... En 2009 fue elegido Diseñador del Año por la Design Miami Basel. Ahora lanza The Plain Collection, piezas en arcilla pigmentada en las que los rastros de las manos que las han moldeado, aportan una “imperfecta belleza”. Este invierno el Musée des Arts Décoratifs de París le dedica una muestra. Él sigue fabricando sus piezas a mano en su estudio-taller.