Te enseñamos nuestras casas

Su día a día transcurre a un ritmo 
vertiginoso entre producciones de moda y belleza. Por eso, cuando Elvira llega a su casa, sólo pide “que esté lo más confortable posible”. De ahí que haya apostado por un estilo nórdico contemporáneo y sin excesos. “No me gusta acumular objetos, me agobia”, aclara.

El mix de elementos vintage y actuales es su principal seña de identidad, como explica: “me gustan las mezclas y los contrastes, porque resaltan el valor de ciertas piezas”. ¿Sus aliados para potenciar esa ansiada sensación de relax? Los tonos crudos y suaves tostados, con toques de color en los complementos y algunos objetos de madera, “un material esencial para mí”, afirma. A su lista de imprescindibles se suma un grabado de Barceló y una mesa danesa 
de los 50, que ocupan un lugar de honor. 
“Aunque también me gustaría tener un móvil de Calder y cualquier mueble Bauhaus o de
los Eames”, cuenta. Por pedir, que no quede...

En la foto: Elvira, en un módulo Kivik, de Ikea. Sobre la mesita Ikea PS 2012, de Ikea, escultura de Teresa de la Pisa.

Sobre la chimenea, una jirafa, en Guille García-Hoz. A la izda., librería Expedit, de Ikea, y a la dcha., silla retro; Antigüedades Gusano. Alfombras de rombos, Lappljung Ruta, y de rayas, Stockholm, ambas de Ikea.

Cortinas hechas con el mod. Hildis, como el 
cojín del suelo. De rayas, Sofia. El del sillón izdo., Hälleknopp, y dcho., Helsinge, todo de Ikea.

Sólo una andaluza de pura cepa como Mercedes es capaz de colgar una cabeza de cebra (sintética, of course) en su porche. Y explica por qué: “siempre doy 
protagonismo a una pieza con carácter, para que a partir de ahí gire el resto de la decoración”. 


Experta en hacer posibles las combinaciones 
imposibles, confiesa que le encantan los 
contrastes de materiales, piezas, tejidos y tonos, 
pero puntualiza: “saber mezclar bien es difícil. Lo primero que hay que hacer es analizar el espacio a decorar y, a partir de ahí, integrar el mobiliario buscando la sintonía”. ¿Qué elementos ayudan a acertar? “Los materiales naturales como el lino, las fibras o la madera en los asientos y los tonos crudos aderezados con pinceladas de color en piezas pequeñas”, relata. Sus otros must decorativos tienen mucho que ver con su amor por la naturaleza: “adoro las ramas, los motivos animales y las velas, porque ayudan a crear un ambiente íntimo y acogedor sin renunciar a la estética”.

En la foto: Mercedes, con su mascota favorita, una cabeza de cebra sintética, de Anmoder. Sillas amarillas mod. Reidar, de Ikea.

Una butaca de fibra, del Mercado de las Pulgas de París, y el puf Alseda, de Ikea, acompañan a un banco de madera forrado con la tela Gunilla, de Ikea, como los cojines de buhos Gulört, los maceteros colgados Socker y las alfombras rosas Solröd, y roja, mod. Springkorn. El patio ha sido ajardinado por Fernando de Miguel y Gonzalo Martínez-Avial (www.artextpaisajismo.com)

Butaca Roxö, con cojines Lappljung Ruta y faroles Rotera, todo de Ikea.

"En mi casa hay de todo un poco y un poco de todo”, cuenta Ana. Tras esta declaración de principios se esconde una ecléctica vivienda en la que las líneas neutras y los materiales naturales conviven con piezas de siglos pasados llenas de sabor, detalles pop y arte... ¡mucho arte! “Me gusta invertir en obra de jóvenes artistas, como la ilustradora y fotógrafa Lucía Fernández Muñiz, los hermanos Juan y Álvaro Pérez-Fajardo, de Flyfactory, o el pintor y escultor Pablo Angulo”, explica.

Su otra gran pasión son las plantas. “Desde que mi cuñado Óscar (jardineriapradillo.com) me descubrió el placer de decorar con ellas, estoy enganchada”. 
Ante todo, lo que busca, según sus palabras, “es 
crear un ambiente acogedor que me divierta. Me gustan los espacios que hablan de quienes los habitan. Por eso tengo fotos de amigos, 
recuerdos de viajes…”. ¿El secreto de la mezcla perfecta? “No existe. Sólo la tuya, si es fiel a tu personalidad y te gusta, es perfecta”, afirma.

En la foto: Ana, con las alfombras Ullgump a sus pies. De Ikea, como las cortinas Sanela. Foto de Riccardo Neri.

Sobre una mesa baja, de Lorenzo Castillo, el perro Poppi, obra de 
Felipao, custodia el hall. Detrás, 
consola Malm, de Ikea. Encima, 
un espejo de herencia familiar pintado por García Puche y serigrafía de Pablo Angulo con marco, modelo Ribba, de Ikea.

Sillón giratorio con tela amarilla Sandbacka 
y puf con piel de vaca, ambos de la col. Stockholm, de Ikea.