La casa del arquitecto Jean-Marc Gady
El diseñador y arquitecto de interiores francés nos muestra uno de sus escaparates más personales: su elegante apartamento parisino, un espacio de arquitectura neo-clásica donde se combinan sus geniales creaciones con antigüedades y otras piezas de autor. Magnifique!
Nos encontramos en el corazón de París, exactamente en el emblemático barrio de La Madeleine, en uno de los apartamentos de estilo neo-clásico construidos por el barón Haussmann durante la renovación en el s. XIX de las grandes avenidas parisinas. "Su magnífica ubicación y su tranquilidad, a pesar de encontrarse en la bulliciosa Plaza de la Concorde -donde nuestros hijos pueden leer las últimas y valientes palabras de María Antonieta-; los alegres comercios de las calles aledañas; el delicioso olor a pan fresco y croissants que entra por el patio y nos despierta cada mañana y, por supuesto, las generosas dimensiones de todos sus espacios con fabulosos techos de 3,5 m de altura y grandes ventanales con balcones por los que entra la luz a raudales..." Son los verdaderos motivos con los que justifica el diseñador Jean-Marc Gady su flechazo por la casa hace ya 5 años. Más que suficientes ¿no?
Gracias a la distribución existente y el buen estado de conservación de la arquitectura interior, no fueron necesarias grandes reformas para que Gady entrase a vivir. Su gran apuesta fue comunicar entre sí todos los espacios para crear prolongadas perspectivas visuales y estancias más diáfanas y conseguir con ello multiplicar aún más la sensación de profundidad y luminosidad. El tabique que separaba el hall de la zona del salón era el único elemento que se interponía en este objetivo. La solución fue derribar el muro y crear una amplia y despejada zona de estar delimitada ahora visualmente del recibidor mediante una de los personales muebles del diseñador: la estantería Isis. Además, en este espacio se crearon dos falsos techos para poder incorporar la iluminación y, debido a sus malas condiciones, se sustituyó el suelo original por una tarima en madera oscura de ipe, que contrasta con el blanco de las paredes y altos techos. El espíritu libre, caprichoso y transgresor del arquitecto de interiores y diseñador se refleja perfectamente en la decoración de su propia casa.
Si bien las características arquitectónicas de este apartamento invitan a una decoración clásica, inspirada quizás en el estilo shabby chic, Gady se arriega a saltarse las reglas para proyectar, como en uno de sus trabajos para las grandes firmas de lujo, un sorprendente escenario ecléctico acorde con uno de sus principios: el estilo nunca triunfa sobre la funcionalidad. De esta manera, en cada una de las habitaciones conviven, de forma armónica, algunas de sus creaciones, -como los sillones Hug del salón, editados por Perrouin; la silla Yume del comedor o la lámpara tubular Candy Cane de la cocina- con otras piezas de diseño actual y antigüedades, como la mesa de la zona de trabajo o el clásico tocador Luis XV del dormitorio. ¿El resultado? Un espacio que enamora, mantiene el encanto de antaño y a la vez incorpora el confort de la vida moderna. ¡Genial!
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