Una casa con pasado señorial
Algo viejo, algo usado... y arte, ¡mucho arte! Con estas armas el artista isleño Damian Aquiles ha devuelto el esplendor pasado a su casa señorial en La Habana. Nada que objetar.
"Quiero conocer a la persona que vive en la casa de mis sueños". Pamela Ruiz, la mujer del artista cubano Damian Aquiles, se presentaba de esta forma a la entonces propietaria de la que hoy es su vivienda. Corría el año 1999 cuando esta agente de fotógrafos y productora de moda americana paseaba por la exclusiva zona de Vedado, en La Habana, y se topó con esta mansión centenaria de la época prerrevolucionaria. "Fue amor a primera vista", nos cuenta. "Me encantó porque parecía una casa de campo en medio de la ciudad". El flechazo, sin embargo, tuvo que lidiar con más de siete años de trámites burocráticos, tras los cuales vieron cumplidos sus anhelos.
Ante su estado de abandono (la dueña, antigua sirvienta de la propiedad, la había heredado y apenas podía mantenerla), la principal meta de los Ruiz-Aquiles fue restaurarla, "pero conservando los elementos del pasado", aclara. "Las paredes, por ejemplo, se habían pintado con acuarela para un shooting. Cuando eliminamos la pintura, encontramos una hermosa pátina", comenta Pamela. Recuperar cada habitación (y hay ocho) les llevó de dos a tres meses; nada comparado con los ¡ocho años! que les ha ocupado la decoración. "Hemos querido hacerlo poco a poco, porque nos encanta buscar cosas bellas e interesantes. Por eso, cuando viajamos, pasamos mucho tiempo en los mercadillos y anticuarios", aclara ella.
El resultado es una reunión de elegantes piezas mid-century, elegidas intencionadamente para contrastar con el estilo decadente de la casa, que se entremezclan con las obras de Damian y otros grandes nombres de la escena contemporánea cubana. "Nuestro hogar es un telón de fondo en el que se expone el trabajo de Damian", dice. No en vano, el estudio del artista se encuentra también ahí. "Pero para nosotros son igual de importantes la decoración y el arte. Y, por supuesto, la iluminación. ¡Lo es todo!", sentencia Pamela. De ello dan fe las magníficas lámparas de Murano, los chandeliers de México... Y, sobre todo, los candelabros estratégicamente colocados que, de noche, proyectan una luz muy especial.
Que el arte es clave en la vida de los Aquiles-Ruiz es un hecho palpable. Y es que, si de algo puede presumir Pamela (Damian mediante) es de haber fomentado su promoción en este país. A través de su fundación, Cuba Entitled, ha producido exposiciones de Louise Bourgeois o Robert Mapplethorpe. Una auténtica Peggy Guggenheim en versión cubana y con alma bohemia. De hecho, su día a día transcurre entre las veladas que organiza con artistas locales y sus mascotas -cuatro perros y un gato "con los que paso todo el tiempo que puedo"-. Pero de todas sus fiestas, la más sonada fue la que celebraron el año pasado para inaugurar su casa. Para hacerse una idea de sus dimensiones, basta con saber que entre los invitados había estrellas como Will Smith, la coleccionista de arte Anne Bass o los creadores de la firma de prêt-à-porter Proenza Schouler, junto con la élite cultural de la isla. No era para menos: después de casi veinte años, por fin podían disfrutar de "la casa de sus sueños".
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