Según datos que acaba de recopilar la web de viajes www.lastminute.com, el aliciente gastronómico es fundamental a la hora de elegir nuestro destino de vacaciones. De hecho, afirman que para el 56% de los españoles la comida es un aspecto fundamental para que sus vacaciones sean perfectas. Por eso, han querido recordarnos las 10 costumbres o normas más raras del mundo en torno a una mesa. Ahí van:

Prohibido cortar la lechuga… con cuchilloEn Francia, ten cuidado de no cortar la lechuga con cuchillo. Utiliza en su lugar las manos o una tijera. Hay una explicación para esto: en el pasado, los cuchillos eran de plata y este metal se oxida y oscurece al contacto con el vinagre. Hoy en día los cuchillos están hechos con otros metales, pero la tradición permanece intacta.

Los mayores, primeroEl respeto a los mayores es un pilar fundamental de la cultura de Corea del Sur y esto se traslada a la hora de comer. Si viajas a este país, asegúrate de no empezar a comer antes de que la persona más mayor de la mesa haya probado su plato. Sería una falta de respeto muy grave y te puede costar una indigestión.

Usa siempre la mano derechaEn Oriente Medio, India y algunos países africanos, los zurdos se enfrentarán a un reto a la hora de sentarse a la mesa. La mano derecha es obligatoria para comer, y la izquierda se reserva para tareas menos glamourosas como por ejemplo la higiene personal. Si por cualquier motivo no puedes usar la mano derecha, es mejor pedir disculpas y no comer, antes que usar la mano izquierda.

Fideos con mucho ruidoEn Japón, los fideos cuanto más ruidosos, mejor. Su cultura establece que cuando se comen fideos, hay que sorberlos. Hay muchas razones: esto ayuda a apreciar mejor el sabor, a que se enfríen los fideos más rápidamente, y además es un signo de aprecio al cocinero. Cuanto más ruido hagas, mayor satisfacción demostrarás por el plato. Así que no te cortes.

No pidas sal ni pimienta Si vas a Portugal, no se te ocurra pedir sal o pimienta si no quieres ofender al cocinero. Es de mala educación, ya que se puede interpretar como que la comida no tiene sabor. Apechuga y te la comes sosa, que tampoco pasa nada.

Sólo vino o aguaLa gastronomía es una de las cosas más valoradas en Italia, y por eso los italianos tienen una larga lista de costumbres y tradiciones cuando se sientan a la mesa. Si viajas a este país, ten cuidado por ejemplo con no pedir queso extra para la pizza, ya que sería un gesto muy grosero. Tampoco se puede compartir la pizza, debes comértela tú solo. Y para beber, pide agua o vino. Nunca otro tipo de bebidas, si no quieres que te tomen por un turista inexperto.

No rellenes tu propio vasoEn Japón está prohibido rellenar tu propio vaso. Si lo haces, estarás revelando una cierta adicción al alcohol. Lo correcto es llenar primero el vaso de la persona que está a tu lado, y después esperar a que tus acompañantes hagan lo propio con el tuyo. Además, cuando llenes el vaso de otra persona, asegúrate de que la etiqueta de la botella apunta hacia arriba, y no empieces a beber hasta que todo el mundo haya sido servido y esté listo para hacer el primer brindis.

Si terminas la botella, pagas la siguiente En Armenia, la persona que bebe el último trago de la botella está obligada a pagar la siguiente. Por eso, aunque pueda resultar tentador vaciarla en el vaso de otro comensal, lo más educado es hacerlo en el tuyo propio. Sobre todo si estás en una reunión de negocios y quieres meterte a tus acompañantes en el bolsillo.

No limpies el platoPor mucho que te haya gustado la comida, no se te ocurra rebañar el plato si estás en China. En muchos países no dejar nada en el plato es una buena señal, pues significa que todo estaba delicioso. Sin embargo, en China y otros países asiáticos limpiar el plato será interpretado como que no te han servido suficiente comida. Así que si visitas estos países, olvídate de limpiar el plato con el pan sobrante, si no quieres disgustar a tu anfitrión.

La cuenta entera, por favorCuando salgas a comer o cenar en Francia, asegúrate de llevar la cartera llena. En el país galo es un gesto de mal gusto dividir la cuenta de un restaurante. Hablar de dinero no es un tema que se deba tratar a la mesa, y por eso lo más correcto es ofrecerte a pagar la cuenta completa, o dejar que alguien lo haga por ti.