Andorra, 'pruébala' en verano
Un destino perfecto para una escapada foodie.
Más allá de su imponente naturaleza, una excelente gastronomía en auge se convierte en la excusa perfecta para una escapada estival al país de los Pirineos. En invierno, la nieve es reclamo. En verano, Andorra se disfruta con las zapatillas y, después, con cuchillo y tenedor. Que aproveche.
¿Dónde comer?
Evidentemente, la montaña y el campo marcan la tradición gastronómica andorrana, y su ubicación hace que las influencias de la cocina española (sobre todo catalana) y francesa sean inevitables. Mucha y buena carne (tanto caza como ganadería), verduras, embutidos, setas, cocas, truchas… En todo el país encontrarás restaurantes que merecen la pena pero, si nos admites el consejo, no te vayas de allí sin probar estos:
Cal Marquet. La carta tiene mucha influencia francesa, pero también ciertas referencias italianas, como sus originales canelones, hechos con crepes y no con pasta. La materia prima es excelente y el local, bastante coqueto. Si te gusta el vino, encontrarás no sólo una amplísima carta, sino también buen asesoramiento. El precio medio está en torno a los 50 euros. Dirección: Plaza Coprínceps, 3 (Escaldes-Engordany). Infórmate en marquetandorra.com.
La Borda de l'Avi. Un sitio muy acogedor, decorado a base de madera y piedra, y perfecto para conocer de primera mano la cocina típica de montaña. Si eres carnívoro, vas a disfrutar viendo como se cocina tu comida en la magnífica parrilla situada en medio del comedor. La carne (desde buey hasta conejo) es protagonista absoluta. El precio ronda los 25 euros por persona. Dirección Cra. Erts s/n. (La Massana). www.labordadelavi.com.
El Crostó. Parada obligada si quieres degustar la cocina andorrana en toda su contundencia. Se trata de un pequeñísimo restaurante (seis o siete mesas), a cargo del chef Jordi Sala, entregado a la materia prima de temporada, a la comida casera en el mejor sentido de la expresión, y a ponerle humor a su trabajo. No tiene carta, él mismo te dice los platos del día (no sufras, la variedad es enorme), tú sólo eliges, y disfrutas. Está en el centro histórico de Andorra La Vella (c/ Cap del Carrer, 7) y el precio medio está entre los 30 y los 35 euros. Es imprescindible que llames antes si quieres mesa: +376 862 931.
Bodega Poblet (en la imagen). Prepárate para disfrutar de una comida o cena a base de tapas de lo más creativo. Firmadas por el chef Albert Coll, el local es muy coqueto y el trato, exquisito. Las tapas, a base de productos de primera, son muy originales y cocinadas al momento, y su reducido tamaño hace que puedas probar muchas diferentes antes de llenarte (no hay menú degustación). Haznos caso: entre ellas no puede faltar el ravioli de boletus. Además, si te gustan los vinos, la carta es extensa y tienen algunas referencias portuguesas muy interesantes. Si vas, es mejor que reserves porque está muy solicitado: +376 862 722.
Vinos de altura
Aunque no tiene una gran tradición vinícola, desde hace ya algunos años en Andorra hay pequeños productores que están apostando cada vez más fuerte por los vinos de altura. A día de hoy, son cuatro los viñedos con los que cuenta el país. El clima, unido al tipo de suelo (de pizarra degradada y algo de arena) y a la vendimia retrasada, hacen que la uva permanezca más tiempo en la vid, produciendo vinos con más fuerza y más frescor. La bodega más grande es Borda Sabaté, en la zona de Sant Julià de Lòria y sus viñedos (repartidos en 12 terrazas a 1.200 metros de altura) son un espectáculo para la vista. La subida a la bodega es impresionante y sólo apta para vehículos todoterreno, superando un desnivel de 300 metros en poco más de un kilómetro. Llevan produciendo una década escasa y, dependiendo de la temporada, sacan entre 2.000 y 5.000 botellas al año, divididas entre su Escol (con la variedad Riesling) y su Torb (con Cornalin, Merlot y Syrah). El Escol es un blanco delicioso, fresco y frutal, con toques minerales, y galardonado en 2014 en el prestigioso Internacional Wine Challenge. El Torb es un tinto de color intenso, denso y con un marcado gusto a frutos rojos. Pero creénos, es mucho más interesante si te lo explica Joan Albert Farré, responsable del proyecto, que organiza visitas guiadas con degustación incluida (te suben ellos a las viñas, no hace falta que tengas todoterreno). Además, si sois más de ocho, podéis quedaros a comer en el precioso restaurante que tiene en la bodega. Tienes toda la información en bordasabate.com.
Para comprar
Dejando de lado las decenas de perfumerías y tiendas de ropa que hay por todo el país, y centrándonos en su gastronomía, en Andorra vas a poder encontrar varios espacios delicatessen que merecen una visita. Toma nota:
Enoteca. En la c/ del Parnal, 4 (Escaldes-Engordany), encontarás un restaurante pequeñito con una bodega de venta al público cuidadosamente seleccionada. Sus propietarios son unos apasionados del vino, y sabrán recomendarte en función de tus gustos. Por supuesto, allí encontarás todos los vinos del propio país, y podrás ilustrarte un poco más acerca de sus características. Tienes más información en cruenoteca.com.
Més Bo. Este pequeño bar de vinos vende también productos delicatessen que harán las delicias de los más foodies. Además, organizan catas y tienen unas fantásticas tapas. Está en la c/ Doctor Mitjavila, 25.
Cava Benito. En la Av. Carlemany, 82, entre boutiques, decomisos y perfumerías, aparece esta preciosa tienda de madera, completamente abarrotada de licores y con casi seis décadas de historia. Tienen de todo pero, si te gusta el whisky, aquí encontrarás los mejores del mundo (www.cavabenitowhisky.com).
Plan detox
Para poner el broche de oro a una escapada perfecta, te recomendamos que te pases por Inúu, un exclusivo centro Wellness ubicado dentro del espacio termolúdico Caldea. ¿Por qué? Porque te van a mimar con un servicio completamente personalizado. Diles qué quieres, y te dirán cómo conseguirlo: masajes relajantes, geotermales, exfoliaciones corporales y faciales, reflexología podal, hidromasajes, yoga, asesoramiento nutricional, tratamientos en pareja… Además, con cualquiera de ellos tienes incluida la entrada a las piscinas de aguas termales: tres lagunas en forma de cascada con asientos de agua, cuellos de cisne, chorros a presión… Una de ellas, se prolonga hasta el exterior para que te bañes respirando el aire de las montañas.
Y, aunque estamos hablando de un plan detox, eso no significa que no puedas disfrutar de una excepcional experiencia gastronómica en su restaurante IÖ. Un menú diseñado por especialistas en nutrición y elaborado con excelentes materias primas: ensalada de chucrut, crudités y tofu, arroz de mejillones de roca al curry, carpaccio de pulpo, onglet de buey con fondant de polenta y provolone… Tienes toda la información sobre los tratamientos, el restaurante y los precios en www.inuu.com.
Para dormir
La oferta hotelera en Andorra es muy amplia y en función del viaje que quieras hacer, no dudes que encontrarás un alojamiento a tu medida: desde más de 20 refugios de montaña para dormir bajo las estrellas, hasta casas rurales con encanto, hasta hoteles de cinco estrellas. Nuestro consejo es que entres en la web de Andorra Turisme y busques el que mejor se adapte a tus gustos. Están organizados en cinco categorías: para paladares exigentes, para senderistas, con encanto, en la naturaleza y para urbanitas. Tú eliges.
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