Restaurantes que hay que probar antes de que termine el año

Detrás de este nuevo restaurante encontramos al equipo de Teckel. Solo un año después de la inauguración de este 'must', su gran éxito ha animado a sus jóvenes propietarios a iniciar una nueva aventura con Pointer en una de las zonas imprescindibles para comer y salir. Sus sandwichitos mixtos (con un par de huevos) son la gran sensación.

Marqués de la Ensenada, 16 (Madrid).

Este antiguo taller de coches ha sufrido este año un lavado de imagen gracias al estudio de interiorismo Espacio en Blanco, y se ha estrenado como restaurante. De sus fogones, cargados de personalidad salen fabulosas creaciones sin etiquetas.

Rosselló, 182 (Barcelona).

Fismuler es sin duda el sitio de moda en la capital, porque además de una cara bonita tiene una increíble personalidad. Con cierto aire industrial, una escasa decoración y rincones cargados de encanto, han conseguido crear un ambiente clandestino que sólo se ve superado por la increíble carta y el sabor de sus productos. Su tarta de queso nos ha robado el corazón.

Sagasta, 29 (Madrid).

Rodeados de historia, entre los restos arqueológicos de un aljibe medieval se encuentra Hope, un restaurante nada convencional que nace en Toledo el mismo año que la ciudad es capital gastronómica de nuestro país. Basado en una cocina de mercado y de temporada respeta el producto 100% ecológico, valorando ante todo la calidad y la procedencia de su materia prima e integrándose en la tendencia "slowfood". 

Cuesta Águila, 1 (Toledo).

Cuando por fin llegó a Barcelona la nueva apuesta de Albert Raurich, ex jefe de cocina de el Bulli y actual chef del Dos Palillos, la Ciudad Condal tenía un nuevo 'place to eat'. Con su carta han querido dar una vuelta a las tapas de hoy en día estudiando los orígenes de cada plato y volviendo a las elaboraciones más primarias.

Raval, 19 (Barcelona).

La última apertura del exitoso grupo Larrumba es Habanera. y ha revolucionado la capital, como hacen habitualmente. Su inspiración colonial te hará viajar hasta Cuba. La decoración enloquece a cualquiera con su vegetación, los suelos, sus lámparas, los tapizados de las sillas… Como ya hicieron sus hermanas mayores, Marieta y Perrachica.

Génova, 28 (Madrid).

Una de las últimas propuestas multiculturales en aterrizar en la Ciudad Condal tiene cierto sabor a la mexicana. Según sus creadores con Mextizo han querido inventar la cocina 'mexditerránea' en la que "sumar lo mejor de aquí con lo mejor de allí" es su máxima. Atrévete a probar esta mezcla de la tradicional parrilla al estilo Getaria, los mejores arroces de Castellón, y las entradas mexicanas que han cautivado al chef en sus viajes.

Diputació, 239 (Barcelona).

El concepto de 'raw bar ' ha llegado a Madrid para conquistar, y la gran apertura de este año ha sido Cannibal, que ya tiene un gran club de fans. Propuestas crudas, saludables y libres de artificios como ceviches, tartares y verduras.

Almirante, 12 (Madrid).

Este verano abrió sus puertas en plena Castellana una cocina en la que las recetas del sudeste asiático, Perú y España combinan a la perfección. Los platos de Latasia son fruto de los recuerdos que tienen sus dueños de sus aventuras por estos países, y te encantará viajar con ellos a Lima con su ceviche de ají amarillo.

Paseo de la Castellana, 115 (Madrid).

Rodrigo García, Chendo Silva y Luis Silva han revolucionado este año la ciudad gallega con su restaurante Crudo. Tras varios viajes por Sudamérica, lugar del que se quedaron prendados por los colores y sabores, decidieron unir sus fuerzas para llevar a cabo esta aventura que combina la gastronomía peruana y mexicana elaborada con productos gallegos.

Travesía de Zapatería 2  (A Coruña).

En el corazón del barrio de las Letras de Madrid ha abierto un restaurante con mucho saborío andaluz que ilumina la plaza de Santa Ana. En su carta ofrece lo mejor de la cocina gaditana junto a los dos ingredientes que nunca faltan en sus establecimientos: el jamón 5J y los vinos y otros productos de la bodega portuense Osborne.

Plaza de Santa Ana, 1 (Madrid).

Y la antigua fábrica de Moritz ha estado de estreno estos últimos meses. Allí ha abierto sus puertas Alkimia, lo último de Jordi Vilá. Un pequeño local con seis mesas,una original decoración y una cocina vista donde podemos ver al equipo trabajar el mejor producto que hayan podido recibir ese día.

Ronda de Sant Antoni, 41 (Barcelona).

¿Un patio andaluz en Barcelona? Este año sí. El Señorito llegaba a la Ciudad Condal como un "un patio de picoteo", con varios escenarios entre el folclore y la antropología: el patio cordobés con sus macetas de geranios en las paredes, la barra sevillana, la bodega jerezana con las botas y un futuro club clandestino. 

Manso, 54 (Barcelona).

Podemos afirmar que Marea Alta tiene las mejores vistas de Barcelona, eso (casi) nadie lo pone en duda. Ubicado en la torre Colom es el restaurante que dirige Enrique Valentí en el que comer. Su nombre y su decoración marinera son las pistas para averiguar lo que allí se come.

Avenida de les Drassanes, 6 (Barcelona).