Si echamos la vista atrás en la historia, la incorporación de la mujer al mercado laboral fue ardua, difícil y llena de complicaciones. Para ser fieles a la verdad, no deberíamos hablar en tiempo pasado, pues todavía sigue habiendo sectores en los que la mujer no tiene cabida o que es rechazada en las entrevistas de empleo por su condición femenina.
Según el Instituto de Estudios Económicos, España es uno de los países de Europa con menor tasa de empleo femenino (58,1%). Contamos con ese dudoso honor, y nuestra tasa es solo mejor que la de Rumanía, Croacia, Malta, Italia y Grecia.
No es necesario decir que la valía laboral de una mujer es exactamente igual a la de un hombre, pero sí hace falta recordar de vez en cuando alguno de sus 'hits'. Estos son nueve objetos de la vida cotidiana de los que no disfrutaríamos si no habría sido por grandes inventoras.
Barcos salvavidas
A decir verdad, Maria Beasley no fue la inventora, sino la reinventora. Porque hasta que ella presentó su mejora en 1882, los barcos salvavidas era una especie de tabla a lo 'Titanic' (sin exagerar). Ella introdujo las barandillas de metal y unos flotadores, lo cual hizo mucho más habitable y seguro dicho 'medio de transporte'.
Bolsa de papel
Cada vez que te den una bolsa de papel a la salida del supermercado para llevar la compra o viajes en avión y veas ese 'recurso' para los mareos, acuérdate de Margaret Knight, que se inventó la máquina que hacía bolsas de papel de fondo plano. Hasta ese momento (1871), las bolsas de papel parecían más bien un sobre (lo que no era muy práctico para llevar la comida al trabajo), se hacían a mano y resultaban carísimas. Su máquina consiguió que se fabricaran a destajo.
Tipp-ex
Muchas de las invenciones derivan de necesidades, y eso es lo que le sucedió a Bette Nemisth Graham, una mecanógrafa que tenía cierta conciencia 'eco' a principios de los 50. No le gustaba nada que se tirara tanto papel por los errores que se cometían escribiendo a máquina y pensó que tenía que buscar una solución. Inspirándose en los pintores que corrigen sus lienzos, creó en su propia cocina, con su batidora, un líquido hecho con témperas y agua que tapaba el error. Así nació el típex, un producto que muchos seguimos usando.
Pañal desechable
Preguntad a los padres de dos generaciones atrás qué eran los picos. Porque antes, el pañal SE LAVABA; en la lavadora o a mano. Así que cuando Marion Donovan se inventó en 1951 la cubierta impermeable para los pañales, comenzó la revolución. Y lo inventó porque se hartó de tener que lavar los pañales sucios de su hijo y desarrolló uno con dicha cubierta que llevaba botones y no imperdibles. Las madres de finales del siglo XX y principios del XXI la tenemos en un altar.
Test de Apgar
Otro inventazo para los recién nacidos, en este caso un descubrimiento médico. Virginia Apgar era una anestesióloga que quería ser cirujana, pero el machismo de los años 30 se lo impidió. En 1953 desarrolló el test que lleva su apellido, que verifica el estado del bebé nada más salir del vientre materno, valorando en sus primeros minutos de vida su frecuencia cardíaca, respiración, tono muscular o actividad, reflejo a la estimulación y color. Todo ello sirvió para mejorar los índices de supervivencia de los recién nacidos.
Frigorífico
A Florence Parpart le debemos el tener un electrodoméstico sencillo en el que conservar los alimentos. Porque en el momento en el que ella consiguió la patente (1914), se conservaban en despensas o en cuartos fríos. Ella consiguió que esos compartimentos de hielo tuvieran acceso a la electricidad, un desarrollo al que contribuyó su prometido, un gran experto en circuitos eléctricos.
Kevlar
Te puede sonar a ruso esta palabra, pero si te decimos que es un tipo de fibra que se emplea en chalecos antibalas, partes de aviones o cascos de Fórmula 1, entenderás el valor de la invención. Stephanie Kwolek descubrió en 1965 unos polímeros cristalinos líquidos que fueron la base para que desarrollara posteriormente el kevlar, una fibra cinco veces más resistente que el acero, por lo que se usa también, por ejemplo, para sujetar puentes en suspensión.
Basura con pedal
Lo tienes ahí, en un rinconcito de la cocina, y no te das cuenta de lo práctico que es. Gracias a él puedes tirar los restos de los platos mientras llevas la cafetera en la otra mano y no mancharte. Lilian Gilbreth se encargó de la invención, pero hemos de darle las gracias triplemente, porque también inventó las bandejas para la puerta de refrigerador y los interruptores de pared.
Limpiaparabrisas
A Mary Anderson se le ocurrió una de las invenciones más prácticas observando a los conductores de los tranvías. Se fijó que, cuando nevaba o llovía, tenían que detener el tranvía para limpiar el parabrisas o abrir las ventanas para ver algo. Y en 1903 presentó un proyecto que consistía en una palanca que controlaba una escobilla de goma que se podía mover desde dentro del vehículo. La próxima vez que te caiga el diluvio universal y tengas que activar los 'limpias', recuerda: lo inventó una mujer.
