Audrey Hepburn o el eterno encanto
Una oda a la actriz más elegante de todos los tiempos. Activista, icono de moda y estrella de la gran pantalla, repasamos su vida a lo largo de más de 50 imágenes icónicas e inolvidables.
Con apenas una treintena de películas, Audrey Hepburn consiguió crear a su alrededor un aura distinguida, como de princesa de cuento hadas; algo para lo que se valió de su cuerpo delgado y su porte de bailarina. Con una sonrisa agradable y una mirada cálida consiguió redondear el mensaje y forjó la leyenda alimentándola con cada uno de los papeles que eligió. La moda le tendió la mano y ella supo aprovechar el capote, con Hubert de Givenchy como amigo, costurero y confesor. Pero fue en el último tramo de su vida, cuando ejerció como Embajadora de Buena Voluntad para Unicef, cuando realmente mostró su talante: solidario y afectuoso.
Audrey Hepburn nació como Audrey Kathleen Ruston un 4 de mayo de 1929 en Bruselas (Bélgica). Pasó parte de su juventud en un internado en Inglaterra y durante la guerra, además de ayudar a la resistencia, pudo estudiar en el conservatorio de Arnhem en los Países Bajos, hasta que los nazis invadieron su país. Tras la contienda, Hepburn se siguió interesando por la danza y se estrenó como corista en un musical de Londres.
En 1951 hizo su debut cinematográfico, en pequeños papeles como el de sus películas 'Oro en barras', con Alec Guinness. Fue el año en el que protagonizó la versión de Broadway de 'Gigi' ' y cuando los talentos de Hollywood comenzaron a cortejarla más en serio. Así, en 1953 llegó el papel con el que enamoraría a todo el mundo, el de la princesa Ann de 'Vacaciones en Roma', donde compartía cartel con Gregory Peck. Su primer gran papel en el cine le daría el Oscar a la Mejor actriz.
'Sabrina', con Humphrey Bogart le confirmaría en el estrellato y como una de las actrices más elegantes y con más encanto del momento. 'Guerra y paz', 'Una cara con ángel', 'Historia de una monja'... dejaban claro que, además de glamurosa, era buena y versátil. Con los años seguiría dando prueba de su talento en el thriller 'Charada', en el drama 'Dos en la carretera' y sobre todo con el papel de Holly Golightly en 'Desayuno con diamantes', que inicialmente era para Marilyn Monroe pero que Hepburn no supo solo hacer suyo sino también convertirlo en una leyenda.
Su último papel fue en 'Always' (1989), dirigida porn Steven Spielberg. Murió el 20 de enero de 1993 en su casa de Tolochenaz, Suiza, después de una batalla contra el cáncer de colon.
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