Ya hemos hablado de todas las veces que los traductores metieron la pata al escoger un título en castellano, pero hoy queremos repasar aquellas veces que las productoras se 'equivocaron' decantándose por un título que, o bien te cuenta de qué va la película sin verla, o bien directamente te fulmina el final. Puro spóiler.
'El hombre que subió una colina pero bajó una montaña'
Ya no queda nada por contar tras el título. Hugh Grant rodó en 1995 este filme (bastante menor para lo que es su trayectoria, la verdad) sobre una pareja de cartógrafos que, a principios de siglo XX, se acercan a un pueblo de Gales para medir la montaña de la que los lugareños se sienten más orgullosos. Y ya sabes qué pasa.
'John muere al final'
No, no es una mala traducción. Parece una broma, pero es cierto. En inglés se llama 'John dies at the end' y en castellano, tal cual. La película es de lo más surrealista; se supone que los humanos están consumiendo una especie de salsa de soja y, al tomarla, emprenden un viaje del que vuelven convertidos en alienígenas (o algo así).
'12 años de esclavitud'
Esta es la historia de un tipo que vive en Nueva York pero que, en los tiempos anteriores a la Guerra Civil, le acaban secuestrando y se lo llevan a trabajar como esclavo durante 12 años, tras lo cual consigue la libertad (en el título está bastante implícito el resultado). Una buenísima cinta, de hecho consiguió tres Oscar, pero vamos, que no sorprende.
'La gran evasión'
Un filme de un grupo de oficiales ingleses y norteamericanos en un campo de concentración nazi. ¿Y qué pasa a continuación? No solo sabes qué es lo que va a pasar, sino la calidad de lo que va a pasar: es 'gran'. Una película bélica imprescindible que cuenta además con Steve McQueen.
'12 hombres sin piedad'
Nada de sorpresas: el filme cuenta la historia de doce hombres que, a la hora de juzgar al acusado, no tienen piedad alguna. Todos... menos uno, Henry Fonda, que piensa que el presunto culpable no es el responsable de la muerte de su padre. Un agobiante y excelente filme de 1957 dirigido por Sidney Lumet.
'Serpientes en el avión'
En este 'peliculón', la primera incursión seria de Elsa Pataky en tierras de Hollywood, se cuenta la historia de cómo los pasajeros de un avión corren peligro al aparecer unas serpientes venenosas. ¡Hey, qué sorpresa! Si la has visto, dirás que el argumento es algo más 'complicado' pero, reconócelo: la trama es bastante previsible.
'Salvar al soldado Ryan'
Película de Steven Spielberg que empezaba con un antiguo veterano de la Segunda Guerra Mundial, en una de las playas del desembarco, evocando... ¿qué? Pues la historia del título, un montón de soldados se van en búsqueda de otro soldado, llamado Ryan. Grandes escenas de acción para un filme que puedes imaginarte cómo termina.
'Kill Bill'
Le lleva un par de pelis conseguirlo, pero está claro lo que quiere Uma Thurman desde el principio: matar a Bill (su antiguo jefe). Al personaje que-nunca-sabemos-cómo-se-llama le destrozan la vida el día de su boda, cuando sus anteriores compañeros, unos terribles matones, aniquilan a los invitados y al futuro marido y le dejan a ella en coma y pierde a su bebé.
'Solo ante el peligro'
El título remite a la escena final: la del personaje de Gary Cooper, el 'sheriff' dado de lado por su pueblo y abandonado a su suerte, 'solo ante el peligro'. Al tipo se le presentan unos forajidos el día de su boda y, claro, a ver quién es el guapo que se lía a tiros habiendo 'sheriff'. Grandísimo filme de Fred Zinnemann, de 1952 en cuyo reparto también aparece Grace Kelly.
'El show de Truman'
Por si acaso no te das cuenta en los primeros momentos de la película, la vida de Truman que te están contando es mentira: es todo un 'show', un espectáculo televisivo que nos hace plantearnos hasta qué punto la 'caja tonta' puede llegar a ser dios. Magnífica reflexión que nos plantea Peter Weir en una de sus mejores películas, rodada en 1998.
'Cariño, he encogido a los niños'
Sí, se trata de una comedia de un padre científico que accidentalmente encoge a sus hijos. Y realmente, hay poco más que contar; luego el filme deriva hacia todo lo que tiene que hacer el progenitor para devolverles a su tamaño real. Inolvidable peli de Rick Moranis (¿te acuerdas?) de 1989.
'Muerte de un viajante'
Exacto. Un viajante (Dustin Hoffman, en el que él mismo considera que es el mejor trabajo de su carrera) muere al final. La triste obra de teatro de Arthur Miller fue adaptada por él mismo para una versión cinematográfica en 1951 y, 34 años más tarde, se hizo un 'remake'. Sin sorpresas en esta cinta que narra la historia de un comerciante a la que todas las cosas se le ponen de lo más chungas.
'Solo en casa'
Quizás el ¿atractivo? de esta película era la simpleza del argumento: llega el momento de irse de vacaciones de navidad y la familia deja solo en casa a uno de sus hijos. Y ya está, tampoco pasa mucho más; el chaval piensa que va a pasar los mejores días de su vida viviendo a lo grande pero luego se meten unos ladrones, a los que tiene que derrotar 'solo'.
'La última noche de Boris Grushenko'
El título original de esta cinta de Woody Allen de 1975 es 'Love and Death', es decir, 'Amor y muerte'. La cosa tenía que ver con 'Guerra y Paz'; el director neoyorquino echaba mano de alguno de los tópicos de la literatura rusa para narrar la historia de Boris Grushenko, un tipo que, despechado, se alista en el ejército. Gracias al título español ya sabes cómo acaba.
'De entre los muertos'
Esta cinta, considerada una de las mejores de Alfred Hitchcock, se tituló en EE.UU 'Vértigo'. Aquí parece ser que era necesario algún tipo de aclaración (más) y antepusieron como título oficial 'De entre los muertos', reventando el devenir de la película y dejando bien clarito la obsesión del protagonista, James Stewart, por amar más allá de la muerte.
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