Cuál era la canción del verano del año que naciste

Empezamos fuerte, con un clásico de las orquestas de pueblo. Los Diablos lo petaron aquel verano con 'Un rayo de sol' y su estribillo currado donde lo haya "Shalalalala, uo uo uo". Lo tenía todo para ser canción del verano. ¡Qué ingenioso el iluminador del vídeo, que no dio luz al estudio hasta que empieza la letra de la canción!

Uno de los grandes iconos bizarros de la canción del verano fue el holandés Tony Ronald, que aterrizó en la España de los 50 con la ventaja de haber escuchado algo de pop anglosajón. No hay que perder ni un solo detalle del 'look' con el que canta 'Help (ayúdame)'.

Vamos allá con tres años de reinado absoluto del mismo grupo, los madrileños Fórmula V, que desde luego supieron encontrar la fórmula de la canción del verano. Cortitas, eficaces, con melodía sencilla y un estribillo pegadizo en 'Vacaciones de verano'. Bravo.

¿La canción del verano española por excelencia? La historia de Eva María ha conseguido trascender generación tras generación, que la han cantado como un himno estival sin cesar: "Qué voy a hacer, qué voy a hacer si Eva María se fue".

El sonido del grupo evolucionaba, los arreglos eran diferentes y no hablamos del look poncho-colorín, pero sí, seguían dando en la diana. En 1974, Fórmula V nos contaba la historia del fiestorro que un tal Blas montaba, de la que todo el mundo salía con unas cuantas copas de más. Como para no identificarse.

Pero si alguien tiene la fórmula del éxito, ese es nuestro querido Georgie Dann, que ha escrito un buen puñado de canciones del verano. Una de las primeras fue 'El Bimbó', que reventó en 1975, y que tenía un baile de lo más sencillo: menear la cadera de un lado al otro y dar unos ridículos saltitos de vez un cuando. Derecho al corazón, sí, y al número uno de aquel verano.

El vídeo es un poco invernal, pero confía en nosotros: fue la canción del verano de 1976. "Y es que me paso el día de juerga" y la propia frase "Qué pasa contigo, tío" se instalaron en el lenguaje popular con el gracejo de estos dos hermanos gaditanos. Uno de ellos, Manuel Malou, es hoy un reputado rumbero afincado en Francia.

Nunca se presta suficiente atención a una de las grandes divas de la canción europea. Sus canciones son como ella: se mantienen sorprendentemente jóvenes. Y eso es lo que pasa por ejemplo con su éxito del verano de 1977, 'Fiesta'. Ha sido tan recuperado en televisiones, discotecas, películas que nunca envejece. Ni queremos.

No le sucede lo mismo a Camilo Sesto, que aunque es un enorme icono de la música española, sus canciones están al límite del 'viejunismo'. La canción del verano de 1978 fue este espléndido himno cierrabares: "Vivir asi es morir de amor / por amor tengo el alma herida / por amor no quiero más vida que su vida / melancolía". Grande.

Y si vamos a hablar de grandes, no podemos olvidar a uno de los vozarrones italianos, Umberto Tozzi, que publicó en 1978, 'Gloria' un temazo de tan largo recorrido que aguantó hasta el año siguiente para convertirse en la canción de aquel verano. Tiempo después, la estadounidense Laura Branigan hizo esta estupenda versión y el mundo se dividió entre el #teamTozzi y el #teamBranigan.

Llegan los ochenta y se nota en la canción del verano del primer año de la década. El género 'disco' daba sus estertores pero lo hizo a lo grande con 'Funkytown' un single que alcanzó el número 1 en 28 países, un récord que mantuvieron las chicas de Lipp Inc. durante nada menos de 25 años. Absolutamente deliciosa. Los fans de 'Friends' seguro que la tienen en sus pensamientos como la canción que bailan Rachel y Monica en sus recuerdos de los 80.

Uno de los fenómenos de la canción del verano es que puedes pasar de lo mejor a lo peor en solo 12 meses. Cualquiera que tuviera uso de razón por aquel entonces puede recordar el absoluto fenómeno que fueron 'Los pajaritos'. ¿Maria Jesús fue la única en plantarle cara al éxito de la entonces incipiente movida? Ahí queda la pregunta. Ella queda en Benidorm, alegrándole el cuerpecillo a los mayores que se acercan a bailar la melodía.

Y hablando justo de la Movida, aquí tenemos el gran ejemplo de canción del verano que surgió de aquella época. 'Bailando' lo tenía todo también, un estribillo pegadizo, una sección de viento de lo más divertida e, inefable, la ruptura de ritmo en medio de la composición. Los vecinos, mientras tanto, no paran de molestar...

¡Bienvenido al italo disco! Muchos veranos fueron amenizados con canciones de este género musical, pionero del eurodance, pero ninguno como el de 1983, en el que los chicos de Righeira consiguieron asaltar las radiofórmulas. 'Vamos a la playa' era de lo más simple, pero para qué más; así todo el mundo se quedaba con el elaborado estribillo.

Y aquí tenemos la prueba de que el concepto 'canción del verano' no tiene por qué estar reñido con la calidad. Aquel 1984 tuvimos la suerte de que los chiringuitos, las discotecas de playa y las radios coincidieran en pinchar (una, y otra, y otra, y otra vez) este prodigio, 'Escuela de calor', en el que los hermanos Auserón y Enrique Sierra hacían uno de sus primeros experimentos de fusionar estilos, en este caso haciendo suyo un funk de lo más sencillo.

"Mami, qué será lo que quiere el negro". Y así nos pasamos todo el verano de 1985, tarareando ese temilla de lo más picantón, que por supuesto iba acompañado de su respectivo baile. Georgie Dann se lo curró un poco más y en este 'El africano' había que estirar piernas, bailar en pareja y hasta dar cachetitos en el trasero. Madre.

Último año de una época en la que la canción del verano de España era mayoritariamente de artistas de nuestro país. Víctor y Ana se recorrieron toda la piel de todo cantando 'La puerta de Alcalá', un homenaje al monumento madrileño y a todos los personajes que han paseado por las calles de la capital.

Mención especial para otro tema que –no te lo vas a creer, pero sí– se oyó muchísimo aquel estío: 'Irresistible' de Stephanie. Sí, Stephanie [Estefanía] de Mónaco. Hay que verlo.

Y también hubo años en los que nos aprendíamos las canciones de memoria sin saber ni lo que decíamos, porque eran en idiomas de lo más 'extraños' para nosotros. Por ejemplo, el francés de 'Voyage, Voyage', el absoluto petoncio de Desireless. El típico tema-apisonadora; no existió otra canción aquel verano.

Única concesión a las reivindicaciones políticas en nuestra lista de canciones del verano. El británico Eddie Grant quiso volver los ojos a la realidad del apartheid en Sudáfrica: Jo'Anna es Johannesburgo, la capital del país y el arzobispo del que habla en la letra de 'Gimme Hope Jo'Anna' es Desmond Tutu, por 'descifrar' solo algunos de sus versos.

Madrid (que no, no tiene playa) es uno de los temas recurrentes para las canciones del verano y, entre ellas, quizá la más típica es este 'Aquí no hay playa' de 1989 de The Refrescos. El ska era lo suyo y con este ritmo montaron una historia sobre lo que no tenía la capital y lo vacío que era todo allí, desde la "Movida promovida por el Ayuntamiento" hasta la "Moncloa donde siguen los de siempre". Lo curioso es que el grupo... era madrileño.