“La música es una necesidad. Después de la comida, el aire, el agua y la calefacción, dice Keith Richards (nosotros añadiríamos una crema hidratante y el cine) la música es la siguiente cosa necesaria en la vida”.

Bajo este principio cierto como las grandes verdades de este mundo, el periodista Mario Suárez y el ilustrador Ricardo Cavolo unen talentos para macerar “Cocina Indie” (Lunwerg), un libro de recetas con canciones que hace que cocinar sin banda sonora resulte algo así como dormir sin almohada. Se puede hacer, como casi todo, pero no termina de satisfacernos.

Dejando al margen el debate sobre qué es ser indie, ellos elaboran recetas como el gazpacho para tardes de festival, los espaguetis a la Benicàssim, las espirales de verduras a las 6.00 o los noodles con pollo y curry para Franz Ferdinand (al muy gourmet Alex Kapranos le gustará conocer este homenaje).

Todos ellos platos ricos ricos y con fundamento. Y, sobre todo, cocinados con mucho amor. Con ese que nace, crece y se reproduce al calor de los fogones, entre sorbo y sorbo de vino y entre besos al ritmo de las notas de tus canciones preferidas. Bob Dylan, Joan Baez, Camera Obscura, David Bowie o Astrud desfilan por estas páginas de deliciosas recomendaciones y sorprendentes ilustraciones.