Es hija de una ex modelo y de un aristócrata dedicado a los negocios que la entronca lejanamente con Enrique VIII y Catalina de Aragón. Una mezcla explosiva que es también el caldo de cultivo perfecto para la típica historia de niña bien enviada a un hiperestricto internado del que es expulsada (que se sepa) por hacer contrabando con vodka entre las habitaciones de las demás chicas. El comienzo de un azaroso peregrinar por algunos de los colegios más elitistas de Inglaterra. En tan agitado historial aparece de pronto Naomi Campbell, quien la vio casualmente en una fiesta cuando tenía 14 años y la empujó, sin que le costara mucho convencerla, a fichar por su agencia, Premier Model Management. Semejante madrina garantizaba un buen bautizo, y desde entonces ha realizado trabajos para Lacoste, Abercrombie & Fitch y Topshop. El invierno pasado dio la campanada cuando sustituyó a Cara Delevingne como imagen de Burberry, en una campaña que la puso ante el fotógrafo Mario Testino.

Según dice, se encuentra en el momento perfecto para empezar a engordar un curriculum en el cine en el que, hasta el momento, aparecen pequeños papeles en Los tres mosqueteros y Carrie, junto a Julian Moore y Chloë Moretz. Ahora estrena su primer largometraje como estrella principal, Más allá del amor (Endless Love, 
11 de julio), basada en la novela de Scott Spencer y remake de la versión que realizó en 1981 Franco Zeffirelli, protagonizada por Brooke Shields. El icono de los 80 tenía sólo 
15 años cuando rodó esta película, lo que desató un gran escándalo debido a lo explícito de las escenas de sexo. Aunque lo que verdaderamente dio que hablar fue la canción principal, interpretada (también tórridamente) por Diana Ross y Lionell Ritchie y que se convirtió en un hit aquel verano.

Pero casi todo resulta ahora más recatado que hace treinta años y la propia Gabriella Wilde aclara las diferencias con la revisión que ha dirigido Shana Feste (Country Strong): «La película original abordaba el tema del despertar sexual; esta es más sobre dos adolescentes enamorándose». Su físico etéreo y su gesto cándido le permiten, además, interpretar a alguien con una edad considerablemente inferior a la suya y que vive –o podríamos decir padece– los estragos de un primer amor al que se opone su adinerada familia por culpa de los orígenes humildes de su Romeo, encarnado por el también modelo Alex Pettyfer. «Primero leí el guión y después el libro -–dice la actriz–, y me sorprendió lo diferentes que eran. El libro resulta oscuro, refleja más una obsesión que un sentimiento bonito. No está del todo claro si eso que cuenta es amor o algo un poco insano».

En su vida privada, parece haber encontrado lo que buscaba más pronto que tarde. Cuando tenía 23 años se prometió con su novio, el músico Alan Pownall, y con 24 tuvo su primer bebé, Sasha Blue. No deja de ser curioso que, tratándose de una modelo emparejada con un guitarrista, confiese que le da una vergüenza terrible bailar y que es lo que más le ha costado hacer en esta película: «Saber que soy capaz de hacer eso y sobrevivir es estupendo». Después de hacer tres remakes (así está la industria de Hollwood), su próximo proyecto es Squatters (aún sin fecha), un thriller en el que interpreta a una vagabunda que se apropia de la casa de otra persona y después casi de su vida entera.

D.N.I.

NACIÓ en Inglaterra en 1989 y su nombre completo es Gabriella Zanna Vanessa Anstruther-Gough-Calthorpe.

LA CONOCES por sus campañas para  L.K.Bennett, Lacoste, Abercrombie & Fitch, Topshop y Burberry.

LA HAS VISTO como actriz en Los tres mosqueteros (2011) y Carrie (2013).