Son catalanes, tienen el alma indie y están en continua expansión creativa. Vean si no: empezaron sonando en inglés y se han pasado al español y actuaban en salas pequeñas y ahora son los reyes de la pista en prácticamente todos los festivales de 2016. Lanzan disco, 'El poeta Halley', alumbrado por las letras de Santi Balmes, un tipo de timbre potente y verbo valiente que ya lleva tres libros publicados, entre ellos el infantil 'Yo mataré monstruos por ti', ilustrado por Lyona. Así suena la nueva voz incandescente de Love of Lesbian.

¿Dónde nació 'El poeta Halley'?
En una noche de luna llena del mes de agosto. El título refleja la búsqueda y el encuentro con la inspiración. En definitiva, con tu mejor yo.

Defíneme el disco con tres adjetivos.
Expansivo, onírico y melancólico.

Hablando de melancolía, ¿qué valor le dais a la poesía para crear música?
Todo parte de una línea troncal, que es la poesía: de ahí derivan las ideas para relatos y canciones. Hoy también curso novelas. Con ella puedo hacerte ver las cosas desde otros prismas y que esos prismas afecten a la realidad tal y como antes la veías. La poesía tiene un poder transformador.

¿Cuál es la vocación de tus canciones?
Ir más allá de lo que puede ir uno mismo por sí solo. Que pueda infiltrarse, como el hombre invisible, dentro de las paredes de las habitaciones de personas a las que probablemente nunca llegaremos a conocer.

Si tuvieses que contarle a un desconocido en un viaje en tren cómo es la música que haces, ¿qué le diríais?
Invítame a un cigarrillo, lo fumamos en el andén, esperamos que pase el otro tren y así tengo tiempo de contártelo.

Estáis en el top de la música nacional. ¿Dónde creéis que reside el secreto?
Precisamente en no creernos que estamos en el top y en ser miembros de una banda top a tiempo parcial (risas).

¿Algún descubrimiento musical?
El grupo Mucho, que es de Toledo; My Morning Jacket, Egon Soda y Kassa­ssin Street, por decirte unos cuantos.

En abril, gira. ¿Nos haces un adelanto?
Intentaremos una puesta en escena más sobria y lírica, con un punto hipnótico. Recrear el viaje sonoro propuesto en el disco y también las canciones que conforman parte de la memoria colectiva de nuestra amada parroquia.

¿Cabeza o corazón?
Corazón pensante y cabeza sintiente.