La noticia ha tomado a todos por sorpresa: esta madrugada ha fallecido en un hospital de Almería la querida actriz madrileña Chus Lampreave. Según informa El Pais, su marido era almeriense y desde años residía allí para estar más cerca de sus familiares.

Maria Jesús Lampreave nació en Madrid, el 11 de diciembre de 1930. Sus inicios en el cine vinieron de la mano de Luis García Berlanga, Mario Ferreri y José María Forqué, en papelitos en destacadas obras como 'El pisito', 'Se vende un tranvía' o 'El verdugo', y a principios de los setenta dio el paso a la gran pantalla, en series como 'Suspiros de España' o 'Este señor de negro'.

A finales de los 70, comenzaron sus míticas apariciones en filmes como 'La escopeta nacional' y 'Patrimonio nacional', y cuando 'dejó' a Luis García Berlanga lo 'cambió' por la entonces promesa Pedro Almodóvar, a quien siempre irá unido su nombre. 'Entre tinieblas', '¿Qué he hecho yo para merecer esto'?, 'Sé infiel y no mires con quién', 'Matador', 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'... son algunas de las películas del director manchego en las que participó.

Nunca dejó la televisión, y entre filme y filme almodovariano, pudimos verla en alguna de las series más conocidas de la década de los 80, como 'Los pazos de Ulloa', 'Platos rotos', 'Turno de oficio' o 'Eva y Adán, agencia matrimonial'.

El momento más importante de su carrera llegó en 1993, cuando recibió el Goya a la Mejor Actriz de Reparto por 'Belle Époque' (1992), el filme de Fernando Trueba que se llevó el Oscar a la Mejor Película Extranjera.

Lampreave siguió prodigándose en series de televisión como 'Villarriba y Villabajo', 'Hermanas' o, más recientemente, 'Fenómenos'. Entre sus últimos éxitos cinematográficos, cabe destacar 'Torrente, el brazo tonto de la ley' (1998) y 'Torrente 2: Misión en Marbella” (2001), donde interpretaba a Reme, la madre de Rafi (Javier Cámara) y la oscarizada 'Volver' (2006), en la que de nuevo Almodóvar confió en ella para dar vida a la tía Paula.

Siempre recordaremos sus divertidas frases y su ingenio, en las que dejaba patente todo su carácter y su personalidad. Nos quedamos con estos dos momentos míticos de su trayectoria, en 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' (“soy testiga de Jehová y no puedo mentir”) y en 'La flor de mi secreto' (“No sé qué les he hecho yo a los skinheads”).

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