Son muchos los actores que en un principio adoptan con ilusión un personaje en una película o en una serie, al que finalmente terminan detestando. Este hecho normalmente se produce porque el papel que interpreta ha cobrado demasiado protagonismo frente a su carrera profesional, y Hollywood y el público no son capaces de reconocer otros trabajos en los que se involucre. El último actor en sincerarse con sus sentimientos acerca de su personaje estrella es David Schwimmer, al que la mayoría conoce como Ross Geller de Friends.

En una entrevista que Schwimmer ha concedido a The Hollywood Reporter ha confesado que el papel de Ross casi le devora. Con declaraciones como: "Era bastante discordante y estropeó mis relaciones con otras personas durante años hasta que logré ajustarme y sentirme cómodo con ello", millones de fans de la serie se han venido abajo, pues desde fuera es complicado darse cuenta del mundo interior que llevan los actores y pocos lo esperaban de Ross.

El intérprete, que actualmente está nominado a ganar el Emmy a Mejor actor de reparto por su papel como Robert Kardashian en la miniserie American Crime Story: The People v. O.J. Simpson, ha dicho que llegó a sentirse frustrado y desanimado los días de rodaje.

Aunque reconoce que el resto del equipo en una serie que se prolonga tanto en el tiempo (1994-2004) puede llegar a ser como una familia, no le gustaba que para el público siguiera siendo la misma persona que hacía 10 años o que consideraran que le conocían, porque sólo conocían al paleontólogo que interpretaba, no al actor que había detrás.

Debido al encasillamiento en el que se encontraba por su personaje de Ross Geller se vio obligado a rechazar papeles en la gran pantalla para películas como Men in Black, por lo que Will Smith pasó a sustituirle.

Este año, a punto de cumplir los 50 años y con cierto sentimiento de rechazo hacia la serie que le vio crecer como actor, acaba de estrenar su papel más complejo. Interpreta al padre del clan Kardashian, el que fuera abogado de O. J. Simpson durante su célebre juicio por asesinato, y confiesa que para prepararse tuvo que leer mucho y mantener una conversación durante horas con Kris Jenner.