La nueva edición del festival madrileño se cerró con un cartel de 'sold out' que se notó nada más hacer presencia. El cartel pintaba bien (muy bien) y todos esperábamos pasar un día de buena música y compañía sobre el campo de rugby de la Universidad Complutense de Madrid.

No es la primera vez que acudimos a uno de nuestros festivales favoritos, recordamos las actuaciones de Izal o Supersubmarina que nos dejaron con el corazón en las nubes allá por el septiembre de 2015.

Un Bunbury con un ejército de fans con sus respectivas camisetas de Héroes del Silencio justo hace un año. Y esta vez: 25.000 personas saltando, cantando y siendo felices al son de los mejores grupos.

UN DÍA PARA NO OLVIDAR CON GENTE GUAPA

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Notamos el aumento de público desde las primeras actuaciones, todas las entradas vendidas hicieron que la concentración recrease el verdadero ambiente festivalero (nada que envidiar a Coachella, ¡ja!). Minis por allí, corros de amigos por allá, luces rojas para animar el ambiente con Ron Barceló, y purpurina en las caras de muchos. Porque, ¿qué mejor momento para estrenar el maquillaje más original sino éste?

Alrededor de las doce, la mañana transcurría al calor del las voces de Miss Cafeína, seguida por un mítico Iván Ferreiro (que siempre funciona y enciende al público, tanto que se quedó más tiempo de lo previsto por petición de todos los que estábamos allí).

Pero la energía fue en aumento según pasaban las horas. Los descansos se hicieron amenos gracias a la amplia oferta gastronómica de los carritos de 'Street Food'. Nada de cuatro perritos calientes, podían degustarse platos de varias nacionalidades, postres suculentos y las cervezas más fresquitas. Se notó la gran variedad de opciones veganas y para aquellos que tienen intolerancias alimenticias. DCODE lo ha puesto muy fácil para tenernos a todos contentos.

La puesta de sol empezó con los éxitos de Charlie XCX, Milcky Chance y Daughter a sus espaldas, y el tiempo respetó hasta tal punto de favorecer el final del verano con una sudadera calentita.


Uno de los momentos que no podremos olvidar de esta edición fue el 'Wanderwall' de Liam Gallager. Todo el mundo como loco inmortalizando ese momento y viviendo su adolescencia (o infancia), volvimos a ser jóvenes.

Y el colofón final siguió con Band of Horses, The Kooks, Franz Ferdinand, Interpol… Sin duda, una jornada que nos ha dejado con ganas de más pero un listón realmente complicado de superar.

Ansiamos mucho el #DCODE2018.