No paran de salir denuncias de abusos sexuales, psicológicos y laborales desde que se conociera el caso Harvey Weinstein, algo que provocó el nacimiento del movimiento Time's Up en Hollywood. Ayer, fue Bella Thorne, ex chica Disney, de 21 años, la que utilizó sus redes sociales para denunciar su peculiar (y terrorífico caso).

"Abusaron de mí sexual y físicamente desde el día que recuerdo hasta los 14 años... cuando finalmente tuve el valor de cerrar la puerta de noche y sentarme a esperar. Toda la maldita noche. Esperando que alguien se aprovechara de mi vida otra vez. Una y otra vez esperé para que se detuviera y finalmente lo hizo. Pero algunas de nosotras no son tan afortunadas y no salen vivas. Por favor, hoy alzaos por cada alma maltratada". #timesup

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El post de Instagram, donde le siguen 17 millones de personas, ha recibido ya más de 600.000 'me gusta' y fue compartido simultáneamente a los Globos de Oro, en el que las estrellas de Hollywood vistieron de negro para denunciar los abusos sexuales en Hollywood y apoyar, también la causa Time's Up.

Además, Thorne también usó su cuenta de Twitter para denunciar estos abusos, primero subiendo la misma foto que en Instagram pero con texto distinto: "Nunca supe lo que estaba bien o mal mientras crecía. Nunca supe que la persona que entraba en mi habitación por las noches era una mala persona. #timesup"

También el domingo, compartió en esta red social un pequeño vídeo en el que se le podía ver abatida, llorando, pero enviando el mensaje 'manteneos fuerte' mientras hacía con los dedos el gesto de la victoria: "Manteneos fuertes, manteneos fuertes. Creo que podéis hacerlo, simplemente, por favor, no tiréis la toalla, todo irá a mejor, parará, os lo prometo, simplemente no tiréis la toalla".

La respuesta francesa

Por otra parte, el diario 'Le Monde' publicó ayer un manifiesto firmado por un centenar de intelectuales franceses (como la actriz Catherine Deneuve, la escritora Catherine Millet o la escultora Gloria Friedmann) en el que se denuncia el "puritanismo sexual" generado a consecuencia del caso Weinstein.

"La violación es un crimen. Pero la seducción insistente o torpe no es un delito, ni la galantería una agresión machista", asevera el texto. "Desde el caso Weinstein se ha producido una toma de conciencia sobre la violencia sexual ejercida contra las mujeres, especialmente en el marco profesional, donde ciertos hombres abusan de su poder. Eso era necesario. Pero esta liberación de la palabra se transforma en lo contrario: se nos ordena hablar como es debido y callarnos lo que moleste, y quienes se niegan a plegarse ante esas órdenes son vistas como traidoras y cómplices", añade.

Las intelectuales explican que el torrente de denuncias de abusos sexuales que se está produciendo a través de las redes parece "una campaña de delaciones y acusaciones públicas hacia individuos a los que no se deja la posibilidad de responder o de defenderse". También alertan de la posibilidad del regreso a la "moralidad victoriana", algo que no favorecería a la mujer; todo lo contrario, beneficiaría a "los intereses de los enemigos de la libertad sexual, como los extremistas religiosos".