No ha sido, para nada, una de las mejores galas de los últimos años. El guión del evento, defendido por Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes, ha resultado bastante flojo, con frases al principio como "es muy importante reivindicar el papel de la mujer, por eso la gala la presento yo", "los Goya solo lo han ganado tres mujeres en 31 años, 4 si contamos a Álex de la Iglesia".

En el auditorio, se podría ver ya a muchos asistentes moviendo sus abanicos rojos contra la desigualdad salarial y la falta de representación femenina, aunque los abanicos eran distintos: unos ponían #+mujeres y otras #masmujeres.

Las reinvindicaciones feministas parecían tangenciales hasta que, en un momento de la ceremonia, Joaquín Reyes se ha acercado a varios de los presentes; concretamente a Leticia Dolera le ha preguntado cómo veía la gala y ha pronunciado una de las frases de la noche: "Os está quedando un campo de nabos precioso".

Justamente fue Dolera, con Paula Ortiz, una de las encargadas de presentar el premio a la mejor dirección novel, para lo que citaron al poeta Federico García Lorca: Yo denuncio a toda la gente que ignora a la otra mitad, esa mitad acorralada"; está claro que esa mitad son las mujeres en el cine.

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También muy feminista fue el discurso de Nora Navas, vicepresidenta segunda de la Academia. Por ausencia de la presidenta, Ivonne Blake (que ha sufrido un ictus hace unas semanas), Navas y el otro vicepresidente, Mariano Barroso, dieron lectura al discurso oficial.

Navas ha recalcado el compromiso de la institución por la equidad: "Desde hoy y para siempre la Academia de Cine va a ser una referencia en términos de igualdad, respeto y oportunidad. Queremos transmitir a esos y esas adolescentes que hoy van al cine y sueñan con dedicarse a este oficio que no hay límites. Y que no basta con ponerse delante de una cámara. Que también necesitamos directoras, montadoras, guionistas, sonidistas, directoras de fotografía, scripts, compositoras... en igualdad de número que los hombres". Un discurso que ha terminado con una frase excepcional: "Porque derrotando la superioridad de género derrotaremos el monstruo de la violencia contra las mujeres. Y debemos lograrlo todos juntos. Todas, juntas".

Para quitar algo de tensión, minutos después hacía su aparición en escena Paquita Salas (Brays Efe), con un chisposo discurso que consiguió encender Twitter y que concluyó así: "No os preocupes por los premios, los premios no so importantes, no dan de comer. El objetivo de esta profesión es ganar dinero, haced "pasapalabras". En las redes, la gente pedía que Paquita Salas presentara los Goya el año que viene. ¿Les harán caso?

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Como estaba previsto, Gustavo Salmerón y su madre, Julita, se llevaron el Goya al mejor documental por 'Muchos hijos, un mono y un castillo'. Subió al escenario ayudada por Javier Bardem, de quien ha dicho: "Lo siento, Antonio [el marido de Julita], pero después de ti, el más guapo es Javier Bardem" y terminó su simpático discurso dedicando el premio a "todas las madres".

Tras la polémica y rotunda intervención de Pepa Charro, Nathalie Poza ha subido a recoger su premio a la mejor actriz, enseñando el abanico de #masmujeres y dejando otra frase para el recuerdo: "Si hay alguna chavala que quiera dedicarse a esto ahí fuera, salta, abraza tus heridas y conviértelas en arte".

Quedaba aún una última llamada de atención feminista, la de Isabel Coixet, cuando recogió su Goya a la mejor dirección: "El FMI dijo el año pasado que a las mujeres nos faltan 217 años para lograr la igualdad salarial: ¿siete, o siete minutos, no les valen?".

Por cierto: un apunte de cine. 'Handia' se llevó nada menos que 10 Goyas, igualando el récord de 'Blancanieves' y 'La isla mínima'. Y 'La librería' se llevó el más importante, el Goya a la mejor película, entregado por Penélope Cruz y Carlos Saura.

Para despedir la gala, Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes amenazaron con cantarse algo (siempre está ahí presente el chascarrillo de aquella edición de los Goya en la que Antonio Resines rapeó, ejem), pero afortunadamente, un pie virtual les pisoteó y, por fin, nos dio permiso para irnos a la cama.