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Guía de viaje
Londres está tranquila, sabe a lo que se enfrenta. Es la tercera vez que organiza unos Juegos Olímpicos –las anteriores ediciones se celebraron en 1908 y 1948–, más que cualquier otra ciudad del Mundo en la historia moderna, esto es, desde que el barón de Coubertin recuperó la vieja tradición griega en el año 1896.
Shoreditch y Spitalfields con otros ojos
Veintinueve ediciones se han celebrado hasta el momento, y la competición en la actualidad se extiende a 26 deportes que suman 39 disciplinas.
Si eres uno de los que se han decidido por asistir a este multitudinario evento deportivo, para sacar mayor partido a tu visita, no pierdas detalle. Ésto es lo que hay que ver en las inmediaciones de las sedes olímpicas.
Cerca de Olympic Park
Sin contar lo que estas olimpiadas han aportado a la ciudad, los barrios obreros del este londinense hace ya años que están viviendo su particular renacer arquitectónico, cultural y social. Resérvate un domingo para recorrer las zonas post-industriales de Spitalfields y Shoreditch, dos barrios que se animan especialmente los fines de semana, cuando los propios londinenses acuden en masa al ritual dominical del mercadillo.
Un buen comienzo puede ser el Columbia Road Flower Market, uno de aquellos rincones de Londres que mantienen el sabor de lo que fue el East End trabajador. Ubicado en un callejón con típicas fachadas de ladrillo, el mercado, que como su nombre indica es de flores, es de los más madrugadores (empiezan a recoger sobre las 12 h). Aparte de todo tipo de plantas, Columbia Market también es un buen lugar para comprar objetos de decoración típicamente ingleses, como porcelana clásica Chippendale o curiosas fundas de ganchillo para las teteras.
Desde Columbia Road, a tan solo diez minutos a pie, se llega al Geffrye Museum, situado en un complejo de casas victorianas, y que resulta un lugar perfecto para los frikis del diseño de interiores. Hay diversas estancias con mobiliario y objetos decorativos que cubren desde la época isabelina hasta las últimas décadas del siglo XX, éstas últimas con muebles de Ikea incluidos. (136, Kingsland Rd. Entrada: donativo. www.geffrye-museum.org.uk).
En Spitalfields
Desde Columbian Road puedes dirigirte hacia el sur por la calle Brick Lane, que une el barrio de Shoreditch con el de Spitalfields. Brick Lane y sus aledaños acogen hoy una miríada de etnias, entre las que destaca una numerosa comunidad procedente de Bangladesh. El barrio es famoso por sus restaurantes de curry, sus movimientos artísticos alternativos y por sus extraordinarias tiendas de ropa vintage. Preem (120, Brick Lane. Tél. 00 44 87 2148 04 70) ofrece samosas, korma, pollo madrás y otras delicias exóticas por unos 8 euros. El café, puedes tomarlo en el tranquilo Full Stop (202, Brick Lane).
Si te gusta la ropa que se ponía tu madre de joven, entra enThe Vintage Store (Brick Lane con Cheshire Street), un vestido original de los años 60 te costará unos 40 euros. Si lo tuyo es el calzado, dirígete a Absolute Vintage (15, Hanbury Street. www.absolutevintage.co.uk).
Las citas olímpicas
El epicentro de todas los desafíos a partir del 27 de julio será el Olympic Park, un mega-complejo recién terminado en el que se ubica el Estadio Olímpico, sede de las ceremonias de inauguración y clausura, y de las competiciones de atletismo de Olímpicos y Paralímpicos.
También aquí se levantan los flamantes Basketball Arena (baloncesto, balonmano), Aquatics Centre (natación, natación sincronizada) y el Velódromo (ciclismo en pista). En Greenwich Park se llevarán a cabo las competiciones ecuestres y el pentatlón, y no muy lejos, el North Greenwich Arena (O2) albergará la gimnasia artística y el trampolín.
Hyde Park acogerá el triatlón, Wimbledon tendrá al tenis como protagonista, y Earl’s Court, el voleibol. Ya fuera de Londres, en las ciudades de Manchester, Newcastle y Cardiff se jugarán los partidos de fútbol. Más información y compra de entradas en www.london2012.com.
Docklands y Greenwich: por el East End
Situado sobre una serie de canales interiores a orillas del Támesis, el Canary Wharf siempre fue un lugar de bulliciosas transacciones económicas. Llegó ser uno de los mayores puertos de carga del mundo durante los años 30 a 60 del pasado siglo.
A marineros y estibadores les han sustituido ejecutivos y banqueros. Y es que en este meandro del Támesis se levanta hoy uno de los mayores centros financieros de Europa, sede de los principales bancos mundiales que compiten entre ellos por tener el rascacielos más imponente.
La Canary Wharf Tower, con su cúspide piramidal a 244 metros del suelo, es la ganadora en altura posicionándose como el edificio más alto del país. Acércate hasta los perfiles de cristal de este complejo financiero y entra a conocer el Museum of London Docklands, ubicado en un antiguo almacén de ron, donde se cuenta la historia de los muelles desde la época romana hasta la actualidad (1, Warehouse. West India Quay. Metro: West India Quay DLR. Entrada libre. www.museumoflondon.or.uk/docklands).
Desde aquí la flamante línea DLR (Docklands Light Railway) –un tren ligero elevado que funciona sin conductor y cuyas vistas ya son una atracción en sí mismas– te llevará en pocos minutos hasta la estación Cutty Sark DLR, ya en el barrio de Greenwich.
Para seguir con la temática naval dedica tu primera visita al National Maritime Museum (Romney Road SE10. Entrada libre.www.nmm.ac.uk), donde podrás conocer la extensa y convulsa historia de la navegación inglesa con todas sus luces (exploraciones árticas y antárticas, rutas comerciales con Asia...) y sus sombras (comercio de esclavos, batallas navales...). Una de las piezas más curiosas es el uniforme ensangrentado que vestía el almirante Nelson el día que murió alcanzado por una bala (también expuesta) durante la batalla de Trafalgar.
Junto al National Maritime Museum y al Old Royal Naval College, otro lugar que merece una visita es Queen’s House (Romney Road. Entrada libre. www.nmm.ac.uk), que fue el hogar en el siglo XVII de los reyes Carlos I y Enriqueta María. Alberga algunas obras de arte, aunque lo interesante es su arquitectura.
Con buenas vistas
Otra opción es darte un paseo por el Greenwich Park, que por cierto es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto con los edificios que ya has visto en el distrito. Este compendio de avenidas arboladas, rosaledas y prados fue diseñado por Le Notre, el mismo autor de los jardines de Versalles.
Las mejores panorámicas del parque, de la zona de los Docklands (Canary Wharf) y del North Greenwich Arena (O2) las tendrás desde lo alto de la colina donde se ubica el Royal Observatory (entrada: 8 euros.www.rmg.co.uk/royal-observatory), una institución científica para la investigación de las distancias navales.
En este lugar –situado en la longitud 0º– se dio nombre al Meridiano de Greenwich. El punto exacto está marcado en el suelo con una línea de metal.
De compras por Greenwich
Para descansar un poco de las visitas culturales en esta zona tienes dos opciones: la primera es que te des un paseo por el barrio en busca de algún souvenir original que llevarte a casa. Greenwich Church Street concentra diversas tiendas curiosas, como Sophia & Matt (en el 28. www.sophiaandmatt.co.uk), que vende divertidos accesorios cosidos a mano como neceseres (14 euros).
La Hardys Original Sweet Shop es un templo de los dulces y caramelos, donde incluso venden chucherías sin azúcar o sin gluten. Otra opción es la moda joven y fresca que ofrece Joy (www.joythestore.com).
En el barrio hay también varias tiendas de recuerdos donde podrás adquirir, por unos 12 euros, los peluches más de moda del momento: Wenlock o Mandeville, las mascotas olímpica y paralímpica de los Juegos Olímpicos 2012.
Manchester, sangre futbolera
Lo dicen los propios habitantes de esta ciudad: en Manchester se profesan dos religiones, una en la Catedral y la otra en Old Trafford –el estadio de fútbol consagrado al poderoso Manchester United– y en Etihad Stadium, perteneciente al segundo equipo de la ciudad: el Manchester City.
Con tales credenciales, no es de extrañar que esta norteña de origen obrero haya sido escogida –junto con Londres, Newcastle y Cardiff– para la celebración de los partidos de fútbol en los Juegos Olímpicos de este 2012.
No te será difícil orientarte y recorrer a pie su compacto centro urbano en el que apenas es necesario el uso del transporte público. El epicentro de toda actividad pre-partido es Exchange Square: aquí siempre corre la cerveza y una vecina pantalla gigante ameniza las tardes de fútbol a quienes no lograron entradas para el match. La tradicional arquitectura de los siglos XIV y XVI del Old Wellington Inn y Sinclair’s Oyster Bar –los pubs más pintorescos y concurridos de Manchester– contrastan enormemente con los flamantes edificios a su alrededor.
Algunos de estos colosos de cristal albergan centros comerciales a la última, como Selfridges –cinco plantas de lujo– o el más clásico Triangle, que vivió mejores momentos pero que aún sigue siendo una referencia en la ciudad. Por cierto, la noria panorámica ubicada junto al primero es un clon de las que podrás encontrar en ciudades como Liverpool, Glasgow o York (viaje: 8,50 euros).
Otro rincón donde el contraste arquitectónico te dejará sin palabras es Spinningfields, un barrio, el más joven de la ciudad, que está creciendo sobre una vieja zona de fábricas a orillas del río Irwell. El viejo feudo obrero de Spinningfields es hoy el centro financiero de Manchester, y si buscas exclusividad en las compras o en la restauración, no hay duda que éste es tu lugar en la ciudad.
Codo con codo con estos edificios de cristal, una joya neogótica de ladrillo rojo llamará tu atención: se trata de la Biblioteca John Rylands (150, Deansgate. Entrada libre). Fue construida hace apenas cien años en honor a uno de los grandes magnates locales del algodón.
Obrera y luchadora
El pasado proletario de Manchester no sólo está patente en el gran número de almacenes de ladrillo rojo presentes en cada rincón de la ciudad. El Museum of Science and Industry (MOSI (Liverpool Road. Entrada libre), ubicado en lo que fue la primera estación de trenes de pasajeros del mundo (la vía se hizo para transportar algodón desde el puerto de Liverpool), es todo un templo dedicado a la Revolución Industrial.
Aquí se fraguaron también las primeras luchas por los derechos laborales. La historia de estas personas la encontrarás en el recién reinaugurado People’s History Museum (Left Bank. Spinningfields. Entrada libre), donde se recorre un camino de doscientos años desde las sufragistas hasta los sindicatos.
Para terminar el día
A dos pasos del Ayuntamiento no dejes de visitar la Art Gallery, cuya colección no es muy amplia pero sí variadísima (Mosley Street. Entrada libre).
Cuando caiga la noche tienes dos citas imprescindible más: el Chinatown y el Gay Village. El primero alberga algunos de los mejores restaurantes de comida cantonesa de la ciudad, como el Yang Sing (34, Princess Street. Tél. 00 44 236 22 00.www.yang-sing.com) o el Red Chilli (70-72, Portland. Tél. 00 44 236 28 88. www.redchillirestaurant.co.uk).
Además, también hay numerosos locales económicos de comida para llevar y buffet all you can eat por menos de 12 euros.
El Gay Village, perfecto para después de la cena, concentra toda la movida en Canal Street, con bares y terrazas de lo más concurrido donde tomar una copa para terminar (o empezar) la noche. Los más deseados: Taurus (en el 1) y Manto (en el 46).
Newcastle Upon-Tyne: un descubrimiento
Ya casi en los límites con Escocia otra ciudad que concentrará todas las miradas durante la celebración de los Juegos Olímpicos será Newcastle, cuyo estadio, el St. James’ Park, será la sede norteña de varios partidos de fútbol durante este evento deportivo internacional.
Si el algodón y los telares forjaron Manchester, fue el carbón el elemento que hizo prosperar a esta pequeña metrópolis a orillas del río Tyne (de ahí viene su apellido upon-Tyne).
El antiguo puerto carbonero, el Quayside, es hoy un agradable paseo fluvial que los geordies (como se conoce a los habitantes de Newcastle) adoran por encima de todas las cosas.
Los siete puentes que cruzan el río, son el símbolo más famoso de la ciudad: si bien los más antiguos llaman la atención –Swing Bridge, de 1876; High Level Bridge, de 1849 y Tyne, de 1925– desde que en el año 2001 se levantó el Gateshead Millenium Bridge, sus formas estilizadas y su iluminación nocturna han acaparado la curiosidad de todo aquel que visita la urbe.
Si vienes en domingo aprovecha para disfrutar del efervescente mercado de artesanos que inunda el Quayside con sus aromas y colorido. Es un buen lugar donde comprar unos guantes tejidos a mano o unos pendientes de autor, además, podrás escoger entre numerosas opciones en los puestos de comida para llevar: desde patatas fritas y salchichas, hasta pecaminosos fudges (caramelo tipo dulce de leche) o cupcakes de colores.
Al otro lado del río, destaca el perfil del Centro de Arte Contemporáneo Baltic (Gateshead Quays. South Shore Road. Entrada libre. www.balticmill.com), situado en lo que fue un viejo silo de grano. Si lo tuyo es el arte, ponte un calzado cómodo, ya que el complejo dispone de más de 3.000 m2 de espacio expositivo.
Si al final de la visita te quedan fuerzas, no dejes de visitar la tienda del museo, que vende interesantes piezas de diseñadores locales y extranjeros. Nos encantan sus cámaras de fotos pinhole de cartón por 13 euros).
Junto al Baltic otro edificio singular llamará tu atención: el Sages Gateshead, firmado por el genio de la excentricidad arquitectónica Norman Foster. Alberga el Music Education Centre, además de dos auditorios donde igual puedes escuchar a la Orquesta Sinfónica que disfrutar de un concierto de rock o asistir a un festival de ukelele. Consulta la programación y compra entradas en www.thesagegateshead.org.
Desde el río, todas las calles van en subida hacia el centro de la ciudad. A medio camino te toparás con el lugar donde todo comenzó: el Castillo de Garth Keep, el castillo nuevo del que la ciudad de Newcastle tomó el nombre.
El original fue construido en madera en 1080, aunque el que ves ahora data del siglo XII y se cree que se ubicó en el punto donde terminaba el Muro de Adriano (que marcaba el límite más al norte del Imperio Romano).
Te costará unos cuantos resuellos subir hasta lo alto, pero las vistas desde la torre, merecen la pena (St. Nicholas Street. Entrada 4,50 euros. www.castlekeep-newcastle.org.uk).
Desde el castillo sigue tu ruta en ascenso, pasando por delante de la Catedral y del Teatro Real y dirígete por las calles Dean y Grey, con elegante arquitectura victoriana, hasta el punto más céntrico de Newcastle. En la plaza Earl Grey, se levanta el monumento homónimo dedicado al primer ministro británico que gobernó durante los años 30 del siglo XIX, y en cuyo honor se bautizó el famoso té aromatizado con bergamota.
Varias calles atestadas de tiendas y centros comerciales cercan este lugar, así que si andas de compras, éste es el sitio perfecto.
Si quieres adentrarte en la vida más costumbrista de la ciudad nuestra recomendación es que entres en Grainger Market, un mercado local muy frecuentado por los propios geordies en el que venden ropa apta para un público de gustos clásicos.
Un secreto: en el Grainger aún se conserva el primer Marks & Spencer, aunque su cartel Original Penny Bazaar, donde todo se vendía a un penique, ha quedado, por supuesto, obsoleto. Aun así, en él se encuentran prendas fuera de temporada a un precio más económico que en los grandes almacenes de la firma.
Antes de marcharte de Newcastle, no olvides darte un paseo por el vecino Chinatown, pegado a lo que queda de la vieja muralla de la ciudad, y entrar en la pintoresca iglesia de Saint Andrew –la más antigua de Newcastle–, en la que siguen oficiándose misas de la iglesia ortodoxa griega.
Durham: escapada al medievo
Podríamos decir que la visita a Durham, si estás en Newcastle, es sencillamente imprescindible. Tan solo diez minutos en tren desde Central Station te separan de esta preciosa ciudad medieval cuya gloria es una imponente catedral Normanda ubicada sobre un promontorio a orillas del río Wear.
Desde que los monjes de Holy Island se trasladaron aquí huyendo de los vikingos e instalaron en este lugar los restos de San Cutberto en el siglo XII, Durham nunca volvió a ser la misma. Pocas catedrales románicas producen tanto impacto visual. Si además te decimos que la localidad dispone de numerosos y agradables cafés, ambiente universitario (parte de la universidad está ubicada en un castillo que data del siglo XI), un senda arbolada junto al río y barquitos de alquiler para recorrerlo, no podrás resistirte a venir.
Guía práctica
Para no perderte ni un detalle, te sugerimos algunos para quedarte en cualquiera de las ciudades. Y más para comer y moverte por el país.
CÓMO LLEGAR Iberia, junto con British Airways, ofrece hasta 15 vuelos diarios desde Madrid, y hasta 9 desde Barcelona. Además, los clientes disponen de cómodas conexiones para viajar desde el resto de los destinos de la red Iberia vía la T4 del aeropuerto Madrid-Barajas. En estos momentos hay tarifas de 160 euros ida y vuelta en Turista, y 626 euros, en Business.
CÓMO MOVERSE La red de ferrocarriles ingleses Britrail une las ciudades de Londres, Manchester y Newcastle varias veces al día, en trayectos que no suelen superar las dos horas de duración. Son muy puntuales –puntualidad británica de verdad– y los convoyes son limpios, modernos y suelen tener vagón-bar. Ten en cuenta que en ciertas horas o días los trenes suelen ir abarrotados, por lo que es preferible llegar con tiempo a la estación para ser de los primeros en subir. Otra opción es que pagues un poco más y reserves un asiento, una buena elección si vas a realizar el viaje durante las horas punta. (Desde 36 euros).
DÓNDE COMER Australasia (1, The Avenue, Spinningfields. Tél. 00 44 16 18 31 02 88) es una de las últimas incorporaciones al panorama culinario de Manchester. Sorprende por su moderna cocina de fusión australiana y asiática. Entrantes en forma de sushi (7,50 euros) o vieiras al limón (11 euros) y segundos como el cerdo crujiente con curry de piña (18 euros). En Newcastle: Los fogones del restaurante Club 21 (Trinity Gardens. Tél. 00 44 191 222 07 55. Principales, desde 17 euros) utilizan ingredientes frescos de producción local y los cocinan siguiendo las recetas de la región. Prueba su pierna de cordero con aceitunas, su lasaña de cangrejo o la estrella de la carta desde hace años: el souflé de queso y espinacas.
DÓNDE DORMIR
LONDRES: The Boundary **** (2-4, Boundary Street. Tél. 00 44 20 77 29 10 51. Dobles desde 203 euros. Menú degustación desde 23 euros. www.theboundary.co.uk). En el East End, esta vanguardista propuesta hotelera ubicada en lo que fue un antiguo almacén victoriano, ha dedicado la decoración de cada habitación a una escuela de diseño diferente (Bauhaus, Le Corbusier...). En la planta baja tienen un restaurante de aroma francés –caracoles, foies y quesos– gestionado por el conocido restaurador británico Terence Conran.
MANCHESTER: Roomzzz Manchester**** (36, Princess Street. Tél. 00 44 84 47 04 40 48. Dobles desde 100 euros.www.roomzzz.co.uk). Estos modernos apartamentos de decoración minimalista e inspiración asiática, están situados en pleno centro, junto al Chinatown y a un paso de Gay Village y de la Estación de trenes de Piccadilly. La cadena hotelera británica ofrece la misma fórmula del apartamento chic a bajo coste también en las ciudades de Leeds y Newcastle.
NEWCASTLE: Sandman Signature Hotel**** (Gallowgate. Newcastle. Tél. 00 44 19 12 29 26 00. Dobles desde 94 euros.www.sandmansignature.co.uk). No existe ubicación más cercana al Estadio de fútbol del Newcastle United (St. Jame’s Park) y al Chinatown de la ciudad, que éste recién inaugurado hotel de la firma canadiense Sandman, a tan sólo dos minutos a pie de ambos. Está bien ubicado, es de diseño, dispone de habitaciones con cocina, y tiene una inigualable relación calidad-precio. ¿Se puede pedir más?
MÁS INFORMACIÓN
Turismo británico: www.visitbritain.es
Londres: www.visitlondon.com/es
Manchester: www.visitmanchester.com
Newcastle: www.newcastlegateshead.com
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