¿Películas para olvidar?
Con el estreno en cines este viernes 16 de noviembre de 2012 de Amanecer. Parte 2, la saga Crepúsculo llega a su fin. Una entrega vampírica que ha generado millones de fans y cuyo visionado parece de obligado cumplimiento para conocer a fondo el fenómeno que ha marcado a una generación. Antes que esta saga, otras muchas películas dieron de qué hablar. Títulos convertidos, bien iconos de la historia del cine o bien en fenómenos de taquilla. No verlas, criticarlas u odiarlas convertían en bicho raro a quien se atrevía a reconocerlo. En la redacción de ELLE hemos decidido romper con los tabúes y confesar cuáles han sido las películas famosas que, en el fondo, siempre hemos querido olvidar. ¿Te apuntas a confesarnos la tuya? Aunque ya te avisamos que en la redacción todos nos hemos sorprendido de las de los demás...
Pretty Woman (1990)
Símbolo del cine romántico y un auténtico icono de los años 90, para mí no deja de ser una historia lenta y un argumento flojo... ¡de una duración ilimitada!. Si no hubiera sido por Richard Gere, que está muy atractivo, me hubiese parecido aún más insoportable.
Paula V. Pinuaga (colaboradora de MODA).
Lo imposible (2012)
Me hizo sentir culpable el hecho de que todo el mundo a mi alrededor, estuviese derramando ríos de lágrimas. No entendía nada. A mi juicio, mas allá de una increíble coreografía visual que dimensiona lo que es sufrir un tsunami, no encontré argumento por ninguna parte. Y el conflicto humano me pareció insuficiente. Eso sí: los niños me los llevaría a casa.
Gema Veiga (Jefa de Cultura).
Origen (2010)
La mitad de mis amigos «culturetas» me dijeron que esa peli cambiaba el concepto del cine; que era lo nunca visto… Pero me aburrí, me pareció que no cumplía sus propias reglas de verosimilitud; me aburrí más, y ¿qué quieres que te diga?, será una idea modernísima pero se resuelve casi igual que la serie Los Serrano…
Amaya Ascunce (Coordinadora de ELLE.es).
Love Actually (2003)
Tenías que ir a verla sí o sí. Y cuando lo hice sentí que, literalmente, me habían tomado el pelo. Entró a formar parte de ese tipo de películas malas que se apoyan en el gancho de grandes actores. Una historia tan inverosímil que me pareció pura ciencia ficción. Cada vez que me cruzo con algún fotograma de esa película, me da un coma diabético.
Cristina Girona (Asistente de Redacción).
No es país para viejos (2007)
Tenía muchas ganas de ver esta película principalmente por ver el trabajo de Javier Bardem. Su interpretación no me decepcionó en absoluto, pero el ritmo de la película resultó soporífero. Casi dejo de verla antes de que terminara.
Marta Alameda (colaboradora de ELLE.es).
Eyes Wide Shut (1999)
«¡La última película de Stanley Kubrick! ¡El testamento del mejor director de la historia!»...¿Mi opinión? No la soporto, no la soporto, no la soporto. Es la única pelicula de la que he estado a punto de salirme. Ellos no tiene quimica ninguna. ¿Y el argumento? Un sinsentido rocambolesco.
(Diana Villar, Coordinadora de Extras).
Braveheart (1995)
El respaldo de haber conseguido un montón de premios Oscar parecía garantía suficiente de un disfrute total. Compré el DVD y lo intenté una vez; luego otra y así hasta cuatro veces. Pensaba que me pillaba en mal momento; que no tenía el humor adecuado... Pero no. No pude con ella al completo y punto.
Yolanda Marín (Jefa de Diseño Gráfico).
La guerra de las galaxias (1977)
La trilogía generó un fenómeno tan brutal cuando yo era pequeño que era imposible no querer ir a verla. Pero no me llamó la atención nada de lo que estaba pasando en pantalla. No me enganchó en absoluto. Y ya las últimas entregas (que bueno eran las primeras pero al revés), muchísimo menos aún.
Mario López (Diseñador Gráfico).
Pulp Fiction (1994)
No eres nadie si no has visto esta película de Quentin Tarantino. O al menos eso me repetían...Caí en la trampa ¡y me aburrí soberanamente!. Y aunque me encanta Uma Thurman no pude ni con John Travolta ni con la sobredósis de sangre.
Blanca González Rufino (Redactora de Belleza).
Matrix (1999)
Creo que es la película más sobrevalorada de la historia del cine reciente, aunque la afirmación me cueste más de un palo. Para empezar, cuando Dios repartió el talento interpretativo, Keanu Reeves debía estar de baja. ¿Hay algún actor peor en las últimas tres décadas? No me gustan las películas de difícil digestión, y esta es un claro ejemplo. Odio tener que comer lo mismo tres veces para poder saborearlo, ¿o alguien la entendió a la primera?
Álvaro Luengo (Redactor de ELLE.es).
El paciente inglés (1996)
Aunque envuelta en una fotografía fantástica y en un paisaje espectacular, todo me pareció muy poco creíble. ¿Ese paseo en avioneta con la muerta? ¿¿Y con ese calor?? De romántico nada; ¡el hedor debía ser, en realidad, absolutamente insoportable!
Andrea Ruiz-Gálvez (Coordinadora de Plató).
El club de los poetas muertos (1989)
La vi con 15 años y luego repetí mucho tiempo después. Y, entre otras cosas, me resultó insufrible Robin Williams en ese papel tan impostado. Conclusión: hay películas que no admiten una segunda revisión. Hay que verlas en la adolescencia y quedarse con ese recuerdo.
Laura Pérez (Jefa de Actualidad).
Rain Man (1988)
Como diría un amigo mío «el mérito no es hacer de Rain Man. El mérito es hacer de hermano de Rain Man». Y desde luego. Lo difícil era aguantar el tipo en este largometraje. Porque nunca tantos premios Oscar acumulados por un argumento han sido tan incomprensibles para mí. Sobre todo el de Dustin Hoffman por moverse adelante y atrás como un tentempié en una de las peores actuaciones de la historia. Y el argumento...qué eficaz para una tv-movie y que vacío para un largometraje, ¿no?
Julieta Martialay (Redactora de Actualidad).
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