'La Boda de Kate' y sus bocetos

'La Boda de Kate' (Editorial Planeta, ya a la venta) es un libro sobre las relaciones personales. Sobre lo que significa la amistad, y sobre lo que implica el amor. Pero no el amor adolescente, sino el de verdad, el que dura toda la vida, aunque no toda la vida sea correspondido. Marta Rivera de la Cruz (@MartaRiveraCruz) nos ofrece una deliciosa colección de personajes maduros, a los que el diseñador Jorge Acuña ha dado forma. Aquí los tienes.

Kate es una jovencita burguesaculta y risueña, que elige casarse con el hombre perfecto, pero cuyo corazón siempre ha pertenecido a otro hombre, Smith. Tras su 71 cumpleaños, se casará de nuevo, esta vez, con su gran amor.

Forster Smith es un guapo y prestigioso profesor que tiene dos hijos, David y Vera. Él nunca olvidará a Kate y reaparece en su vida en los momentos más críticos de la vida de ésta. Lo conseguirá en su edad madura.

Shirley Saunders es una de las dos amigas de Kate, casada con un español, que sólo vuelve a Brighton una vez se queda viuda. Es una de los personajes que la autora recupera de novelas anteriores.

Anna Livia Schezerny es la mayor de las tres amigas (alrededor de los 80), muy elegante y discreta. Lleva muchos años viviendo en España y es viuda y madre de tres hijos con los que no se lleva muy bien. Este personaje apareció en otra de las novelas de la autora.

Dedicado a su profesión 'en cuerpo y alma', Jeffried Ruskin es el editor de los libros de Albert Salomon, tío de Kate y cuya obra será valorada después de su muerte. La heredera de la fortuna de su éxito, nuestra protagonista.

Con 28 años, Laura Salomon es la sobrina de Kate con un autoestima hundido tras su divorcio. Ella y sus padres no están de acuedo con el enlace y acudirá a España para tratar de causar algún que otro problema.

Considerada como una de las firmes promesas de la literatura americana, publicó su primera novela con tan sólo 23 años. Vera Smith es la hija de Forster.

De nacionalidad pakistaní, Ahmed atiende la librería que Kate compra en la pequeña ciudad gallega de Ribanova donde termina sus días.