Casi un tercio de las demandas de divorcio se presentan en los juzgados en el mes de septiembre. Y es que, como dice Roser de Tienda, quiropráctica, escritora y experta en salud femenina, "las vacaciones pueden convertirse en fuente de conflicto y enfado al pasar más tiempo del habitual con tu pareja". Según esta especialista, la desilusión es la clave de que los divorcios aumenten después del verano.

Parejas con el 'piloto automático'

"La mayoría de las parejas se pasan el año en piloto automático, cargados de las obligaciones auto impuestas y compartiendo poco tiempo con su otra mitad", dice de Tienda, para quien estas parejas proyectan en el verano todos sus deseos e ilusiones, pensando que todo será perfecto y volverán de las vacaciones más enamorados que nunca… "Pero la desilusión empieza cuando se van de vacaciones y todo sigue igual. Pero eso es normal: somos las mismas personas de siempre, pero en otra parte", advierte esta experta.

Según de Tienda la desilusión nos trae una retahíla de efectos secundarios que en invierno es posible enmascarar con la falta de tiempo y el cansancio. "La falta de comunicación queda diluida entre los 'estoy cansada' por la noche y los 'me he levantado pronto porque no podía dormir' de la mañana. Pero en verano, con todas las horas por delante, es imposible esconder la falta de entusiasmo, de comunicación, de deseo o de amor", apunta.

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Admiración mutua

Para Roser, la base de cualquier pareja que funciona está en que los dos son felices haciendo feliz a la otra persona, existe una gran dosis de admiración mutua y sigue existiendo atracción.

"Los dos deben buscar la felicidad del que tienen a su lado y sentirse orgullosos de los logros del otro en todos los ámbitos de la vida. A todos nos gusta saber que la persona que tenemos al lado nos valora y reconoce nuestra valía. Aunque él esté más calvito y sus abdominales estén escondidos debajo de su barriga, aunque los embarazos hayan vuelto a tu mujer más redondita, cuando miras a tu alrededor, aunque hay gente más joven o más guapa, para ti no hay nadie que sea mejor. Te sigue gustando igual o más que el primer día", apunta Roser de Tienda.

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(GIPHY)

Cómo evitar la ruptura

A veces, tras compartir tiempo en vacaciones fuera de la rutina del invierno, muchas parejas se dan cuenta de la realidad, deciden divorciarse y comenzar el nuevo curso por separado. Para de Tienda, "el divorcio no tiene por qué ser algo negativo". Pero si queremos evitar que nuestra relación se deteriore y se acerque a una ruptura, podemos seguir algunas de las claves que esta experta nos da:

"Hacer cosas juntos que no sean las habituales, que requieran la implicación de los dos, fomenten la sana competencia y que sea divertido, aunque a priori no te apetezca mucho. Es divertido jugar juntos y une más. Puede ser un buen momento que recordar. Por ejemplo: Juegos de mesa, jugar a las películas, hacer un paseo en kayak, bucear, jugar al mini golf, a tenis, ir a pasear en bicicleta, alquilar una moto de agua. Son cosas que no hacemos habitualmente y serán divertidas si las hacemos en pareja.", apunta la experta.

Otra pauta que recomienda Roser es realizar listas de cosas que nos gustaría hacer cuando volvamos de vacaciones, de aquello que nos gustaría cambiar, o de planes que deseemos hacer durante el invierno. "Hacer planes y proponer acciones, que sean fáciles de conseguir, nos dará ilusión para encarar la vuelta a la rutina", dice Roser.

Roser también señala que es importante buscar esos momentos de intimidad, donde hablar sin tapujos, ser sinceros o dialogar sobre el futuro. "Esta práctica nos dará una idea de cuán cerca o lejos estamos el uno del otro, por si hay que enderezar el camino por el que se ha metido nuestra relación", subraya.

"En cualquier caso, se necesita amor para que una pareja permanezca en el tiempo, así que, si lo hay, todo puede mejorar. Si no queda amor entre la pareja, si las discusiones estallan cada dos por tres, si el sexo ya no funciona, lo mejor será que en septiembre busques a un terapeuta matrimonial que os pueda ayudar a encontraros. A veces las personas entramos en un bucle y no sabemos por dónde salir y un buen psicólogo de parejas puede ser un buen principio para evitar un mal final", sostiene Roser de Tienda.