¿Le espías por Facebook? ¿Has caído en la tentación de leer sus wpp o sus mails? ¿Piensas que está en una web de encuentros? Calma, no dejes que el mundo virtual se apodere de ti. Puedes estar viendo fantasmas donde no los hay, invadiendo su intimidad y destrozando tu relación. Te ayudamos a controlar la situación.
No lo hagas
Mirar los wpp de tu novio y espiarle virtualmente es lo peor que puedes hacer, además de que no tienes ningún derecho a violar su intimidad. Si lo haces, la primera perjudicada serás tú misma. ¿Es que tú no tienes mensajes cariñosos de amigos o incluso de pasadas relaciones que has querido conservar? Cualquiera podría malinterpretarlos fuera de contexto. De mirarle el móvil a caer presa de los celos virtuales hay un paso muy pequeño. Si quieres saber algo, si sientes que te oculta cosas, pregúntaselo abiertamente. No te olvides de que en pareja todos necesitamos también pequeñas dosis de intimidad y espacios privados. Querer controlar al otro puede ser el principio del fin.
¿Eres la controlada?
Si tu novio espía todos tus movimientos virtuales, te ha pedido que saques a tus ex de Facebook y sospechas que te mira el móvil, detenle antes de que tu vida se convierta en un suplicio. Y, por supuesto, no accedas a sus chantajes. Si tienes un problema de inseguridad y tú no le das ningún motivo real, que vaya a un psicólogo. Los celos que al principio pueden halagarte acabarán por hacer inviable vuestra relación, por someterte a su voluntad y por una flagrante pérdida de libertad. Ni tú ni él tenéis derecho a espiar al otro. Y si lo hacéis, las bases de vuestra relación no son muy sólidas.
¿Qué hay detrás?
La idea de que sus celos son muy románticos o tu espionaje está justificado es una tontería. Un comportamiento de este tipo, tanto en ti como en él, nunca está justificado y esconde algo más. ¿Inseguridad? ¿Un carácter obsesivo? ¿Complejos? ¿Baja autoestima? ¿Miedos exagerados? Si te identificas con este perfil, no caigas en el juego de espiarle, los celos virtuales pueden llevar al extremo tu imaginación. Si él se comporta así, mantente firme y no lo permitas. Si es necesario, déjale.
Ayuda experta
Si necesitas que tu pareja te haga sentir segura constantemente, si le preguntas varias veces al día si te quiere, si cada vez que enciende su ordenador piensas que es para hablar con una supuesta amante, tienes un problema. Si estás sufriendo por ello y además tu pareja se está alejando de ti, es el momento de buscar la ayuda de un psicólogo. Si estás en la otra cara de la moneda y las sospechas y el control de tu pareja te hacen dudar de ti misma y acceder a sus chantajes, también tienes un problema que deberías tratar, ya que puedes acabar siendo víctima de una relación no sólo infeliz sino de maltrato.
Mejor reconocerlo
Sentir celos en algún momento es algo natural, nos pasa a todos y en pequeñas dosis son saludables si puedes controlarlos. Pero si tus sospechas te tienen al borde del espionaje virtual, habla con él, sé valiente y dile lo que te ocurre. Reconocer el problema y tratar de racionalizarlo, si es posible en pareja, será la clave para superarlo y salvar tu relación. Si no eres capaz de reconocerlo y te dejas llevar por tu imaginación, podrías acabar siendo presa de unos celos patológicos y necesitando ayuda profesional.
¿Dónde está el límite?
Si está pasando, tanto en una posición como en otra, seguramente te cueste darte cuenta. Estas son las señales inequívocas de que tu pareja o tú estáis sufriendo un ataque en toda regla de celos virtuales: entrar obsesivamente en su perfil de Facebook, entrar en su mail, espiar su móvil, interrogarle cada vez que sale de casa, tenderle trampas para pillarle, hacerle reproches, montarle escenas, imaginar que mantienen una relación con cada mujer con la que habla… Si esto le está ocurriendo a alguno de los dos, la situación se os ha ido de las manos, la duda y la desconfianza se adueñarán pronto de vuestra relación.
La solución
Si a uno de los dos le están abrasando los celos virtuales, hay que poner el problema sobre la mesa cuanto antes. La comunicación y la empatía con la situación y los sentimientos del otro son fundamentales. Hay que controlarse y no atacar ni reprochar sino intentar escuchar. El celoso tiene que aceptar límites y condiciones si quiere que su pareja siga con él. Y el que sufre los celos tiene que preguntarse por qué soporta una situación así, qué carencia propia hay detrás de eso. Ambos tenéis que tener claro que una relación necesita oxígeno y espacios propios para funcionar. Otra regla indispensable es dejar a un lado el móvil, el ordenador y cualquier otro gadget cuando estemos con la pareja, que sienta que tiene y merece toda nuestra atención.
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