TSNR… ¿quién no se ha sentido alguna vez irresistiblemente atraído por alguien? Cuando el sentimiento es mutuo la tensión puede llegar a ser tan insoportable que acabemos cometiendo una gran locura. Si te está ocurriendo, aquí tienes las claves para identificarla,, manejarla y evitarla ¿o no?
Mirar pero no tocar
No hay serie que haya reflejado mejor la TSNR que “Luz de Luna”, donde Bruce Willis y Sybill Shepherd estaban siempre a punto de caer en brazos del otro pero nunca ocurría. La tensión sexual no resuelta genera una irremediable atracción hacia otra personal porque en teoría no puede consumarse. El placer que genera la situación está precisamente en el deseo insatisfecho, en lo imposible, en lo prohibido, en todo lo que nos lleva a imaginar. No dar nunca el paso nos mantiene permanentemente alerta deseando lo que no tenemos. Pero ¿qué ocurre si lo hacemos realidad?
¿Te está pasando?
Si estás viviendo una situación de TSNR tu cuerpo estará hablando por ti. En presencia de él te costará controlarte, te tocarás compulsivamente el pelo, le mirarás y luego retirarás la mirada, pondrás morritos, sonreirás sin motivo, te trabarás al hablar, dirás cosas que te parecerán estúpidas. Eso en cuanto a tu cuerpo y a ti. Entre vosotros seguramente existirá un juego alimentado por ambos a base de piropos con doble sentido, bromas sexuales, gestos seductores, roces sutiles de piernas o brazos… Son las propias víctimas de la tensión sexual no resuelta quienes alimentan un deseo que cada vez es más irresistible.
¿Inevitable?
¿Por qué cuesta tanto evitar o acabar con esa tensión sexual? Si te está ocurriendo seguramente estarás cayendo el conductas del tipo “este es el último mensaje” pero al día siguiente le vuelves a enviar un wpp; un día te levantarás con el firme propósito de alejarte de él y cuando le ves te derrites; no quieres volverte a reír con sus bromas y nada más verle vuelves a entrar en el juego. Sabes que no debes pero la atracción es cada vez mayor. El problema es que la TSNR tiene demasiados ingredientes atractivos: transgresión, morbo, prohibición, deseo de lo que no tenemos, curiosidad por lo desconocido, fantasía sin límites. Para los psicólogos es propio del ser humano fantasear con otras personas al margen de nuestra pareja. La monogamia no es algo inherente a las personas y es normal sentirse atraídos por otros hombres y mujeres a lo largo de nuestra vida al margen de nuestra pareja.
Pero si tengo pareja…
Los psicólogos señalan que la TSNR ataca más a las personas en pareja, más propensas a rendirse a los encantos de la imaginación, de la novedad, de lo diferente a lo que tenemos en casa, de todo lo que no signifique rutina. En principio es algo normal que no debería preocuparnos a no ser que esté yendo demasiado lejos y en realidad nos esté indicando un problema con nuestra la pareja y una insatisfacción de la que no éramos conscientes. Pero si la TSNR se queda en una simple atracción controlable, puede servirnos incluso para avivar nuestra vida sexual de pareja. Preocúpate en función de los límites que estés dispuesta a ponerte o saltarte.
En el trabajo
Es el escenario de la mayoría de situaciones de TSNR, ya que pasamos muchas horas con nuestros compañeros, en un entorno diferente, sintiéndonos nosotros mismos, lo que puede llevar a crear vínculos que van más allá de la amistad o el compañerismo. ¿Quién no ha tonteado alguna vez aunque sea sin intención de ir a más con un compañero de trabajo? Pero si empiezas a arreglarte para él, si deseas levantarte cada mañana para ir a trabajar, si se te corta la respiración cada vez que le ves y no paras de imaginarte con él encima de la impresora, estás entrando en zona de alerta.
¿Es recíproco?
Curiosamente, la mayoría de las personas que sufren TSNR piensan que su situación es recíproca y por eso mismo ocurre. Tiene sentido pensar que si no son las dos personas implicadas las que tiran y tensan de la cuerda no se daría esta tensión. Sin embargo, los psicólogos señalan que, igual que con el enamoramiento, la tensión sexual no resuelta puede ser recíproca o no. Aunque no seamos correspondidos nuestra imaginación puede creer que sí y generar ella solita todas esas situaciones, así que cuidado si estás decidida a lanzarte a su cuello. Los nervios, las inseguridades, la necesidad de gustar o la insatisfacción con tu pareja te pueden llevar a equivocarte. La otra cara de la moneda, por supuesto, es que estés segura de que eres absolutamente correspondida porque él te ha dado muestras inequívocas al respecto.
¿Y si la resuelvo?
He aquí el quid de la cuestión… ¿Toda tensión sexual no resuelta tiene que hacerse realidad para poder superarla? Todo depende de ti, ya que aunque te imagines un final apasionado e increíble, la realidad es que suele ser de lo más decepcionante. Como señalan los expertos, la gracia, las sensaciones que experimentas y el apabullante deseo existen precisamente porque no se han materializado y entran en el campo de la imaginación. Una vez resuelta la tensión ¿qué queda? Seguramente ambos perderéis el interés por haberlo conseguido. Puede incluso que a partir de ahí ambos experimentéis la incómoda TSNDHR, es decir, la tensión sexual que nunca debería haberse resuelto.
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