Guapa, atractiva, lista, divertida, interesante, sensible, comprensiva, independiente… Tienes todo lo que un hombre podría desear pero no tienes ni una cita interesante. ¿De verdad es esto lo que proyectas? Una cosa es nuestro autoconcepto, es decir, cómo nos percibimos a nosotros mismos, y otra lo que le llega a los demás, cómo nos ven ellos. Y está claro que en este momento existe una distorsión entre lo que tú crees que eres y lo que de verdad proyectas. ¿Cómo saber la verdad? Primero haciendo una autocrítica lo más sincera posible y después recurriendo a tu mejor amiga o alguien en cuyo criterio confíes, para que sea sincero contigo. ¿Estás dispuesta a escucharlo? Entonces ya tienes la llave para cambiar.